Cuando aún era una bebé de solo 3 años fue que conoció a Hades, el Dios y Rey del inframundo; este se encontraba paseando por el bosque cuando escucho un llanto, lo siguió y termino llegando a un templo en ruinas y no era broma, lo que antes debió ser una estructura magnífica parece haber sido sacudida por un terremoto lo único que seguía en pie por completo era una capilla para rezar y al final descubrió el origen de aquel lloriqueo, encontrándose en una canasta a una bebé envuelta con su sábana.
-Así que tú eres la responsable de tal ruido- dijo después de sentarse y asomarse para ver a la criatura, está al percatarse y escuchar la voz grave y tranquila del soberano dejó de sollozar para mostrarle un sonrisa y alzar sus brazos en su dirección.
-Sin duda eres peculiar y rara,- le menciono para cargarla de manera suave y delicada, al entender que quería que la abrazará- pero te diré algo creo que es mejor ser raro y especial, porque ya hay mucha gente común- termino por susurrarle.
Dentro de Hades se generó una emoción que le era desconocida, el origen estaba entre sus brazos, nunca ningún ser le había mostrado afecto o no se había espantado de solo verlo, como estaba acostumbrado, no esto era algo más, tal vez amor, cariño o ternura de ver a un ser pequeño ni siquiera juzgarlo y eso que otros si habían llorado hasta no poder más, pero la pequeña no lo había hecho.
Luego se percató que en la manta con la que estaba envuelta venía en letras doradas "Calista".
-Así que Calista es tu nombre, "la más bella"-lo último dicho fue al recordar el significado del nombre- sin duda el nombre va bien contigo.-
Se escuchó el crujir de varias ramas al ser pisadas y se escuchaban voces femeninas hablando de forma alegre, salieron de los arbustos tre ninfas cuando voltearon a ver dónde habían dejado a Calista se espantaron al ver el Rey del inframundo, con la pequeña entre sus brazos.
-Por favor su majestad, no se la... llevé es solo una bebé- suplico una de las ninfas, cuando pudo recuperar un poco la compostura.
-No teman, no pensaba llevarmela y este trabajo no me corresponde a mi sino a Tanatos, simplemente la encontré al escuchar su llanto-
El dios logró tranquilizar a las ninfas, comenzó a ir a visitar a la pequeña con mucha frecuencia, llevando regalos y todo lo que pudiera necesitar, a Calista no le molestaba las visitas cuando llegaba de visita, la tomaba en brazos, la cuidaba y jugaba con ella, lo cual divertía a la bebé. Sin darse cuenta Hades se volvió un padre para Calista, como le decía “mi pequeña princesa” o también mi “mi pequeña luna”.
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Corazón de piedra
خيال (فانتازيا)¿Qué pensarías si te dijera que Medusa tuvo un hija que heredo su maldición y recuerdos?Esta es la historia de Calista que nació maldita.