La Sala Y Otras Historias De Terror

La Sala

Cristian se despertó, por poco y sin saber quién era, en una camilla gris que rechinaba con nostalgia. A su alrededor solo veia oscuridad, casi negro total, con unas lineas cuadriculadas vagamente dibujadas en suelo, paredes y techo que simulaban o parecian ser la separación entre baldosas de cerámica, baldosas negras sin detalle. Sus sábanas estaban mugrientas, de ellas salía un hedor a humedad que invadía toda la sala. Cristian se levantó y se puso a caminar, tanteando paredes y suelo para no chocarse, no podia recordar nada, ningún evento de su vida, apenas recordaba su nombre. Sus más grandes miedos eran incapaces de entrar, debido a que él no recordaba cuáles eran, sin embargo, algo le provocaba inquietud... sentía como si lo estuvieran observando, podía percibir la incomodidad de unos ojos fulminando la nuca... tímidamente, empezó a voltear la mirada entre temblequeos, pero una voz lo frenó, capaz provenía de su mente, capaz era de alguien más. En un tono burlón amenazante le dijo: "Yo que vos, me quedo ahí", Cristian sintió un suspiro helado sobre su hombro. El hombre empezó a desesperarse, sus latidos por minuto superaron los cien con velocidad, su respiración se volvió pesada y un escalofrío le recorrió la piel. La adrenalina lo llevó al desespero, y más aún cuando aquel sentimiento dejó de ser sólo ilusorio, de un segundo al otro, una sombra imponente de contomo gris iluminado resaltaba entre la oscuridad casi total de la sala, con una presencia imponente. Cristian alcanzó a soltar nada más que un grito de "¡¡¿Qué querés de mí? !!" casi como si supiera perfectamente con quién estaba hablando, pero la entidad no daba respuesta. no se movía y no producía ruido, era tan solo el contorno iluminado de una figura humana, figura que, mientras iba bajando del torso, se acercaba más y más al cuerpo del aterrado hombre, llegando al punto en el que los pies de la sombra eran sus pies, los movimientos de la sombra eran sus movimientos, los miedos de la sombra también eran sus miedos... Cristian Gabarro del noveno círculo, había sentido miedo por primera vez en mucho tiempo y casualmente, fue por una versión muy característica de él mismo.