𝐸𝑙 𝐷𝑟𝑎𝑔𝑜́𝑛

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Cale no era un niño común y corriente, su tiempo fue torcido pero sólo su madre Jour Thames lo sabía.

El niño era un prodigio en el manejo de la espada, incluso con su cuerpo débil podía derrotar a tres adultos a la vez, comenzó a entrenar cuando tenía seis años y ahora el protagonista de nuestra historia estaba cortando goblins a diestra y siniestra luchando por su vida.

El niño de nueve años acababa de entrar en el bosque, pero después de unos metros se escuchó un rugido escalofriante.

Entonces recordó lo que una vez les dijo su padre.

"La familia Henituse es importante porque son los protectores del bosque de la oscuridad.

Es un lugar oscuro lleno de monstruos, nosotros protegemos a cualquiera de la idea de entrar en él, entrar sería un suicidio".

Cale empezó a temblar ante el solo pensamiento, estaba en el mismo bosque prohibido por la historia contada y estaba allí en medio de quién sabe cuántos monstruos. Justo cuando estaba a punto de darse la vuelta y salir cuando se dio cuenta de que estaba perdido.

Por suerte estaba preparado para cualquier cosa, sacó una espada de su bolsa espacial y se preparó para luchar contra cualquier ser que saliera de esos arbustos.

Se estaba poniendo en posición de pelea cuando un goblin corrió hacia él, obviamente con sus excelentes reflejos lo evitó y así comenzó la batalla.

Después de un tiempo de lucha, el niño cayó al suelo exhausto en un charco de sangre de duende.

"Esto apesta".

Dijo el niño con disgusto, intentó levantarse pero sus piernas cedieron por lo que decidió acampar en un tronco hueco cercano.

Ya era de mañana cuando otro rugido espeluznante lo despertó, pero esta vez fue cerca, muy, muy cerca.

Una sombra lo sumergió y algo cayó sobre él, era baba, el niño tomó coraje y miró hacia arriba para encontrarse frente a frente con un monstruo gigante de 4 metros de alto y 2 metros de ancho. Fue entonces cuando decidió correr, corrió tanto que sus pulmones ardían en su pecho.

El monstruo era lento gracias a su tamaño, pero eso no significa que no pudiera perseguir a un niño de nueve años y sus miserables piecitos.

Su mala suerte hizo que tropezara con una gran rama que había en el suelo y quedara atrapado debajo de ella, sin poder levantarse ni liberarse.
Fue en ese momento cuando una voz habló:

"Nadie tocará a este niño, es mío"

Y de la nada el monstruo salió corriendo despavorido, pero ¿de qué o de quién? Así que ¿ahora sería devorado por un monstruo aún más grande que el primero?.

Pero el niño en lugar de encontrarse a un monstruo, se encontraba frente a un mágico y hermoso dragón con escamas doradas, cuernos largos y enormes alas doradas.

𝐸𝑙 𝑁𝑖𝑛̃𝑜 𝑌 𝐸𝑙 𝐷𝑟𝑎𝑔𝑜𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora