Reclusión •capitulo 21

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A la mañana siguiente daryl y yo íbamos caminando,la noche anterior me había contado lo sucedido con Beth.

De pronto se nos acercan unos hombres, rápidamente les apunte con mi arma y daryl con su ballesta.

Daryl le pegó un puñetazo al que parecía ser el líder y este cayó al suelo.

—Reclamo el chaleco, me gustan las alas—Dijo uno de los hombres, lo miré desconcertada.

—Espera! Espera!— Dijo el hombre tirado en el suelo, limpio la sangre que salía de su nariz y luego empezó a reír, daryl y yo lo miramos confundidos. El hombre se levanto—un arquero? Y una niña —Respeto eso, un hombre con un rifle puede haber sido fotógrafo, o un entrenador de fútbol, pero un arquero siempre fue un arquero, 70 kilos de peso de apertura, me asombraria si no disparara a 500 metros por segundo, estuve buscando un arma como esa, claro que quiero una con mas municiones y menos manchas de bulborag.

—Te metiste en problemas, amigo?

—Si aprietas el gatillo estos chicos te dispararán varias veces, amigo el suicidio es estúpido, porque hacerlo si puedes matar a otros. me llamó joe—Daryl bajo su ballesta  y me miró en señal de que podía bajar mi arma, baje mi arma.

—Daryl y ella es Samantha —Dijo señalándome.

El resto bajo su arma y luego empezamos a caminar

Se hizo de noche y daryl me dijo que durmiera así que eso hice.

Por la mañana me levanté súper temprano y daryl dijo que el iba a salir a casar y que lo esperara con los demás. Al rato los demás se despertaron porque escucharon un caminante.

—Parece que el ingrato de Robin hood nos abandonó después de todo. No creí que tuviera las agallas para andar por su cuenta.

—No lo hizo, sus cosas todavía están aquí, además no creo que se haya ido y dejado a la niña aqui—Dijo uno de los hombres mientras me miraba—Probablemente haya salido al baño.

Me  dirigí hacia donde daryl junto con el resto.

—Tranquilos muchachos, veamos si podemos ver cuál es el problema aquí, lo reclamaste?—Le pregunto joe a len.

—Si. —afirmo len.

—Listo, entonces ese bicho le pertenece a Len—Dijo joe.

—Bien, damelo—Dijo reclamando la liebre que daryl tenía entre sus manos.

—Parece que quieres una explicación —Dijo joe mientras miraba a daryl—Veras, andar solo no es una opción por estos días, aún así sobrevive el más fuerte, esa es una paradoja por eso tuve que tomar ciertas reglas para evitar que nos andemos matando a cada rato y así mantener a la banda sin tensiones, solo tienes que reclamar, así es marcas tu territorio, tus flechas, tu cama en la noche, solo eso reclamas.

—Yo no reclamaré—Dijo daryl.

—Te vamos a enseñar, no!—Dijo len—Las reglas dicen que tenemos que enseñarle.

—No sería justo que te castigaramos por no cumplir una regla que no conocías—Dijo joe.

—Ya no hay reglas—le dijo daryl.

—Oh si las hay—Dijo joe—Sabes que las hay, por eso es que no te mate por la ballesta—Joe le quitó a daryl la liebre de sus manos y la pico a la mitad—Lo reclamo, solo eso tienes que decir.

Sin más nada que decir empezamos a caminar, yo iba detrás de todos.

Un par de lágrimas salieron de mis ojos al recordar a carl, no sabía si estaba bien o si había muerto, preferiría que fuera la primera.

Enamorándome de un grimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora