圓 02 ⸻ Fin del problema

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Octuber 3rd.
Lalisa Manoban.

Me adentré a la habitación con los nervios recorriendo mi cuerpo por completo, adueñándose del momento. Carraspeo mi garganta levemente para poder llamar la atención de mi novia, quien deja su libro y me mira con una ceja levantada.

— ¿Amor? —pregunta extrañada—, ¿Qué haces vestida así?

Su mirada recorrió todo mi cuerpo, poniéndome la piel de gallina. Le ofrecí una sonrisa coqueta, amando que toda su atención estuviera en mi.

—¿No te gusta? —murmuré fingiendo inocencia.

— Eh, no y-yo... Simplemente —frunció los labios al ser interrumpida por mi, gateando sobre la cama sensualmente hacía ella. Poniendola nerviosa, su corazón al cien. — Lisa.

La lencería de encaje es mi cosa favorita en el mundo, ¿Por qué no modelarle a mi novia? Traía una pequeña falda, así mismo las medías veladas sujetas a mi ropa interior de encaje y claro que un sostén que apretaba mis pechos haciéndolos ver prominentes.

Reí bajito, perdí el nerviosismo que tenía al principio. Sabía que a Jennie le encantaba, le gustaba cualquier faceta mía. Ya fuera mi estilo tomboy o cuando era femenina porque, de todas formas, siempre solía tomar el mando.

Me senté en su regazo. — Necesito que dejes de estar enojada conmigo — masajeé sus hombros lentamente, escuchándola suspirar pesado. — ¿Puedes?

Ella ni siquiera le estaba prestando atención a mis palabras, sus ojos estaban comiéndome los pechos por completo. Su mano se deslizó hasta ellos, tratando de tomar uno. Sin embargo, la detuve. Agarré su manita y la entrelacé con la mía, haciéndola gruñir levemente.

—¿Puedes? — Repetí con tono de suplica.

Jennie me miró con los labios fruncidos, el enojo que tenía era evidente.

— Por lo menos escucha la canción completa ahora.

Ella negó al instante. — No quiero oír a mi novia cantar sobre lo enamorada que está de alguien que no soy yo.

Suspiré fuerte, pero no podía quejarme porque realmente todo era mi culpa. Me incliné y besé sus labios, siendo correspondida al instante.

El beso era profundo, lento y pronto se torno bastante intimo. Le saqué unos pequeños jadeos de su boca, jugué con su lengua y luchaba por el control del beso.

Al separarnos, me fijé en sus mejillas rojas las cuales acaricié con ternura. — Yo solo la interpreté, no la escribí.

— Es imposible, la compuse contigo. —Parpadea un par de veces.

— Mi amor, esa canción que escribimos en aquella mansión de Tailandia es solamente de nosotras, ¿Entiendes? Solo tuya y mía.

— Estoy confundida...

— Si la hubieses escuchado sabrías que es totalmente distinta a la que creamos. — Murmuré, bajando lentamente por su cuello para lamerlo y besarlo como tanto me encantaba.

Jennie pareció pensarlo, un suspiro pesado dejó su boca y siguió disfrutando de mis besos.

Sonreí cuando tomó mi cintura y me pegó a su cuerpo. Ella era más pequeña que yo, me preocupaba aplastarla así que cambiamos de posición. Ahora ella estaba en mis piernas.

— Mhm, ¿Y entonces me seducirás para tener sexo ahora? — Su voz ya estaba ronca.

Me separé de su piel rojiza para mirarla. — Te deseo tanto, odio verte enojada.

— Solías decir que te gustaba.

— Enojada con los demás te ves sexy, enojada conmigo me das miedo. — Quité su blusa, dejándola en sostén. — Oh, Dios...

Su risita llenó la habitación. — ¿Bebé tiene hambre? — Asentí, ansiosa por probar sus pechos—, pues come, amor.

Me sumergí cual nena pequeña.

Todo había salido a la perfección

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Todo había salido a la perfección. Mi novia ya no estaba enojada y me quité un peso de encima.

Además me encontraba relajada.

— Cogieron — Rosé afirmó con su rostro serio, haciendo que todas en la habitación nos mirásemos con pena —, ¿Qué?

Jennie infló sus mejillas. — Por qué supones eso?

— De la nada están felices y finalmente la has subido a instagram.

— Bueno, es su deber como novia — Jisoo opinó, haciendo que mi gatita rodara los ojos.

— No lo hice antes porque ella se lo buscó.

Yo simplemente las observaba callada, ahora un poco incomoda. Carraspeé la garganta y me incliné hacía un lado para poder tener una mejor visión de mis amigas.

Jennie se encontraba sentada en mis piernas, yo rodeaba su pequeña cinturita con las manos.

— ¿Tanto quieren saber? — Mis amigas asintieron frenéticamente y llamé la atención de mi novia.

— Oye qu-

— Sí lo hicimos, se lo hice tan rico para que no se vuelva a olvidar que soy suya.

Las mejillas de Kim se tiñeron de rojo, dándome un puño en el hombro y cubriéndose el rostro por consiguiente.

— Oh Dios — Jisoo se quejó, tocándose el corazón de forma dramática. —, hijas mías...

— ¡Lo sabía! — Rosie se rió como bruja. — Las conozco muy bien, mis amores. Además, ya saben — señaló su propio cuello —. Por lo menos disimulen.

Me reí ante su ultimo comentario. — Nini no ha parado de marcar mi piel, no es culpa mía.

— De hecho, Manoban. Si es culpa tuya. — Mi novia replica — Y mejor, quiero que te vea ese chico.

Mis amigas me abuchearon, unas traidoras.

— No me quejo, amor.

— No tienes el derecho. — Sonrió tiernamente, volteando un poco y se inclinó para darme un pequeño beso en los labios.

Sonreí como tonta.

— ¡Ey, paren! — Las quejas de nuestras amigas no se hicieron esperar.

Eres excelente, Lisa.

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⏰ Última actualización: Oct 07 ⏰

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¡PERRA MAM(A)DA! | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora