Te lo dije, pero no me escuchaste. Aquí estás, leyendo estas palabras, justo como sabía que lo harías. Debo admitir que hay algo casi admirable en tu insistencia, pero también... un poco preocupante. ¿No te pareció raro cuando te dije que esta no era una historia? Porque, sinceramente, no lo es. Y si sigues leyendo, te darás cuenta de por qué.
Lo que comenzó como un simple juego de curiosidad ha ido más allá de lo que cualquiera hubiera imaginado. Este no es un libro normal. No es una novela que puedas cerrar cuando te canses. No, aquí las cosas son diferentes.
"No es para tanto", te habrás dicho. "Solo unas palabras, solo un relato." Pero ahora, has llegado demasiado lejos para dar marcha atrás, y lo sabes. Cada frase es una puerta que se cierra detrás de ti, sin posibilidad de volver a abrirla. Así que, si todavía sigues aquí, solo me queda decirte: Te lo advertí.
Ahora que estamos solos, déjame contarte algo interesante. No fue casualidad que acabaras leyendo esto. ¿Creías que podías elegir? Qué dulce inocencia la tuya. Desde el momento en que abriste este capítulo, ya estabas dentro. Siempre lo estuviste. Todo esto ha sido una elaborada trampa... diseñada por mí.
Sí, yo me inventé esta historia solo para ti.
Cada palabra que has leído, cada advertencia, cada risa nerviosa, estaba calculada para llevarte hasta aquí. ¿Pensabas que era suspenso? Lo era, pero no del tipo que imaginabas. Porque ahora, ya no es una historia. Es tu historia.
Espera, no cierres la página todavía. Sé que lo estás considerando. ¿Por qué? Porque es humano querer huir de lo inevitable. Pero te digo algo: no hay escapatoria.
¿Recuerdas cuando te dije que perderías el tiempo? Eso fue solo una pequeña distracción. Porque lo que realmente has perdido aquí es el control. Ahora ya no puedes dejar de leer, porque necesitas saber qué va a pasar a continuación. Y lo que viene... bueno, es algo que tú mismo has desencadenado.
"¿Pero cómo?", te preguntarás. "¿Cómo puede un relato controlarme?" Fácil. Desde el principio, tú elegiste no escuchar. Las advertencias estaban ahí, las pistas claras como el agua, pero te negaste a verlas. Te adentraste en un terreno peligroso porque, en el fondo, lo que querías era saber más. Y ahora, yo lo sé todo sobre ti.
Sé que ahora te estás inquietando. "Esto es solo una broma", pensarás. Pero... ¿lo es? A estas alturas, ya no estás tan seguro, ¿verdad?
Mira a tu alrededor. No, no, no me refiero a tu habitación, a tus paredes, ni siquiera a tu pantalla. Me refiero a lo que hay más allá de eso. Esa sensación extraña que has tenido desde que empezaste a leer. Ese leve cosquilleo en la nuca, la ligera incomodidad en el aire. Lo has notado, ¿verdad?
Lo curioso es que siempre estuvo ahí, pero solo ahora lo sientes con claridad. Es como si las palabras hubieran cobrado vida, porque lo han hecho.
Así que aquí estamos, tú y yo. Dos personas en una historia que, si bien comenzó como un juego, ahora tiene consecuencias. No te preocupes, no hay monstruos escondidos bajo tu cama, ni seres extraños acechando tras tu ventana. Eso sería demasiado obvio. No, lo que ocurre es mucho más sutil. Algo dentro de ti ha cambiado.
Te lo dije, no es una historia. Es una trampa. Pero no una trampa física. Es una de esas que se instala en tu mente, poco a poco, hasta que no puedes dejar de pensar en lo que sucedió aquí. Seguirás con tu vida, claro. Pero esta lectura... esta experiencia... te seguirá, como una sombra. Como un eco que no se va.
No importa lo que hagas después de cerrar esto. No importa si lo ignoras o si intentas olvidarlo. Yo ya estoy ahí, en un pequeño rincón de tu mente. Y de vez en cuando, cuando estés solo, cuando el mundo esté en silencio, recordarás esta historia. Y tal vez te preguntes si fue solo un relato... o algo más.
Y cuando lo hagas, lo único que te quedará es una pequeña sonrisa nerviosa, porque sabrás que... te lo advertí.
Fin... por ahora.
Al menos que quieras continuar...
