Capítulo 1

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Me desperté pensando que hoy sería un día normal, como cualquier otro, pero no lo fue. Hoy era mi cumpleaños y desde que cumplí quince años mi vida fue avanzando demasiado rápido. Cumplí dieciseis años, nuevo grado, nueva etapa, nuevo colegio y nueva yo.
Mi padre me compró un postre y subió a mi habitación.
–Dale nena, que hoy es tu cumple –me dijo en un tono dulce.
Abrí mis ojos lentamente y vi a mi padre sentado a mi lado en el borde de la cama.
–Andas dormilona del todo, Claire –él acarició mi cabello cobrizo.
Sonreí levemente y me senté lentamente en la cama.
– Hoy cumplís dieciséis años, estás creciendo hija –él me dijo con una sonrisa.
–Lo sé papá y la verdad es que ya no quiero crecer más –le respondí. 
–Bueno, dale arriba, déjate de ser tan filósofa, hija –dijo sonriendo.
Me dejó el postre sobre mi mesita de luz y me dió un beso en la frente.
–Feliz cumpleaños mi amor –me dijo con cierta emoción.

Amaba a mi padre y a mi madre también, claro, pero ella casi no pasaba tiempo en casa. Mi padre se volvió una de mis personas favoritas,el que estaba conmigo siempre, era el mejor padre.
Comí mi postre y seguí con mi rutina. Me había puesto un buzo con capucha beige, unos jeans anchos y unas zapatillas clásicas. Bajé las escaleras y ahí se encontraba mi padre, en la cocina con un regalo en sus manos.
–No tenías porqué hacerlo –le dije.
–Oh, claro que sí –me dijo riendo.
–¿Qué es? –le pregunté
Él me entregó una cajita muy pequeña, que dentro de ella se encontraba una cadenita de oro con un dije dorado en forma de corazón.
–Es preciosa –dije sacándola de la cajita
–Me alegro que te haya gustado, tu madre la eligió para ti, Claire. Ada va a adorar como te queda puesta –Dijo con alegría mientras me ponía el collar.
–Muchas gracias papá –salté a sus brazos y lo abracé.

Sentía que era el día perfecto para agarrar la bicicleta que mi madre me había regalado hace ya un tiempo. Tomé mis auriculares, me despedí de mi padre y fui rumbo a la cafetería “The Dog and Rabbits cafe” era mi favorita. Al llegar me senté en los asientos que están cerca de la ventana. Ese olor a café me generaba tranquilidad, paz en mi mente, pero de repente llegó un chico nuevo, se sentó a un banco de distancia y me llamó la atención, nunca lo había visto. Mi pueblo es pequeño, vivo en Mousehole, un pueblito situado en el condado de Cornualles, en Inglaterra, con una población de aproximadamente de 2 mil habitantes, así que era difícil no conocer a los que habitaban en él.

Desde ese día todo cambió para mi.
Comencé a verlo siempre, se convirtió parte de mi rutina, siempre se sentaba en el mismo lugar, al igual que yo. Pero había algo extraño en él, quería acercarme, pero algo me lo impedía, quería saber el porqué de ese sentimiento.

El Engaño PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora