†• DOLOR •†

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El sol apenas comenzaba a asomar en el horizonte cuando T/n se levantó de la cama. El día que tanto había temido había llegado.

Debía llevar las cenizas de su padre al templo donde se había casado con su madre. Era un día gris, tanto por el clima como por lo que significaba para él.

Mientras se vestía, sintió el peso en su pecho, como si una mano invisible le apretara el corazón, haciéndolo difícil respirar.

No había dormido mucho la noche anterior, por la salida al bar con Erik, no se arrepiente ya que gracias a eso pudo despejar su mente.

Al bajar las escaleras, su tío, Helltaker, ya lo estaba esperando en la cocina, con dos tazas de café listas sobre la mesa.

No era necesario intercambiar palabras, ambos sabían lo que el día significaba. Helltaker le ofreció una taza y, en silencio, tomaron un sorbo juntos.

Helltaker: Hoy es un día importante, T/n. No te preocupes, estaré contigo en todo momento.

T/n asintió. No sabía qué decirle. Sentía el nudo en su garganta, pero no quería quebrarse aún. No frente a su tío. Después de un rato, terminaron el café, recogieron las cenizas de su padre y se dirigieron hacia el coche.

El viaje hacia el templo fue silencioso. Las calles estaban vacías, y la ciudad parecía estar dormida, como si también respetara el luto que T/n llevaba dentro. Mientras conducían, T/n observaba por la ventana cómo el paisaje cambiaba de edificios a colinas y árboles. El templo estaba en las afueras, lejos del ruido y el caos de la ciudad, un lugar que su padre había amado por su paz y serenidad.

Helltaker suspiró profundamente, con la vista fija en la carretera.

T/n: vaya ironía... Llevamos a papá al templó dónde prometio amar y cuidar a mi madre... y en el que algún día fue feliz...

Helltaker: La vida rara vez sigue nuestras promesas, T/n. Pero eso no significa que no podamos honrarlas de alguna manera.

Las palabras resonaron en T/n, pero no pudo evitar sentir la injusticia de la situación. Su familia había sido arrebatada por la violencia, por la crueldad de alguien que aún no conocía. Y aquí estaba, cumpliendo con rituales y tradiciones, cuando lo que realmente quería era justicia.

El coche se detuvo frente al templo. Era una estructura antigua, con muros de piedra desgastados por los años y una gran puerta de madera tallada con intrincados detalles que contaban historias de antiguos guerreros y dioses. El lugar estaba impregnado de historia y espiritualidad. Un ambiente de paz lo envolvió al poner un pie en el suelo.

T/n sostuvo la urna con las cenizas de su padre con ambas manos mientras su tío caminaba a su lado. El sonido de sus pasos sobre el sendero de grava era lo único que rompía el silencio.

Helltaker: El templo está vacío hoy. Hablé con los monjes, y nos dejaron un espacio privado para hacer lo que tengamos que hacer.

El interior del templo era aún más imponente que el exterior. Grandes pilares sostenían el techo alto, y en el centro había un altar decorado con flores frescas y velas encendidas. Los rayos del sol entraban por las ventanas de cristal, creando un efecto de luz suave que parecía bendecir todo lo que tocaba.

T/n se quedó inmóvil por un momento, mirando el altar. Las cenizas pesaban más de lo que deberían en sus manos, no por el peso físico, sino por lo que representaban. Este era el último lugar al que llevaría a su padre, el último adiós.

Helltaker se acercó y le puso una mano en el hombro.

Helltaker: ¿Estás listo?

T/n tragó saliva y asintió. No había manera de estar listo para algo así, pero sabía que debía hacerlo. Dio un paso adelante, sintiendo el suelo firme bajo sus pies, y colocó la urna sobre el altar con cuidado, como si temiera que el más mínimo movimiento brusco pudiera romper el momento sagrado.

†• 𝓈𝒶𝒷𝑒𝓈 𝒷𝒾𝑒𝓃  •†  [ℍ𝕖𝕝𝕝𝕥𝕒𝕜𝕖𝕣]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora