Aiden había pasado toda la semana practicando su técnica **Umbra Slash** en el bosque. El poder destructivo de la habilidad era abrumador al principio, pero a medida que repetía los movimientos una y otra vez, empezó a sentir un mayor control sobre la cantidad de energía que liberaba. En vez de devastar kilómetros de terreno, ya podía limitar el alcance de su ataque a lo necesario para enfrentar a un enemigo o crear un escape sin causar un desastre masivo.
Además de su entrenamiento, Aiden continuaba explorando el bosque, en busca de alguna señal de cómo salir de aquella región desconocida o al menos encontrar un punto de referencia. **La soledad empezaba a pesarle**, pero por el momento estaba satisfecha con mejorar sus habilidades.
Una mañana, mientras caminaba distraídamente por un sendero, algo extraño ocurrió. El viento trajo consigo un calor abrasador y, antes de que Aiden pudiera reaccionar del todo, un rugido resonó en el aire, seguido de una ráfaga de fuego que se dirigía directamente hacia ella.
Por reflejo, Aiden levantó su guadaña, **Umbra Scythe**, y la usó como si fuera un bate. **El fuego fue desviado con un movimiento rápido y preciso**, la hoja de la guadaña partiendo las llamas y disipándolas en el aire. El ataque fue tan inesperado que Aiden se quedó boquiabierta un instante, sin poder creer lo que acababa de hacer.
"¡Tch!" Aiden frunció el ceño mientras miraba hacia donde provenía el ataque. **"¿Quién demonios se atreve a intentar quemarme el pelo?"** Su irritación creció, especialmente porque acababa de perder mucho tiempo asegurándose de que su cabello azabache estuviera en perfectas condiciones tras una semana de entrenamiento arduo.
De entre los arbustos salió una enorme criatura reptiliana. **Parecía una salamandra gigante**, con un cuerpo cubierto de escamas rojas y negras, ojos amarillos que brillaban con malicia, y una cola larga que se movía de lado a lado con impaciencia. Las llamas aún danzaban en su boca, listas para ser lanzadas de nuevo. **El calor que emanaba era intenso**, y Aiden sintió un escalofrío recorrerle la espalda.
"¿Un ajolote sobrecrecido que escupe fuego?" murmuró con desdén, antes de resoplar con frustración. "¡No quemes mi pelo, idiota!" Sin embargo, apenas dijo esas palabras, Aiden se sonrojó, avergonzada por lo ridículo que sonaba su queja. "¿De verdad acabo de decir eso... en voz alta?" pensó mientras llevaba una mano a su rostro, sintiendo cómo el calor del bochorno le subía por las mejillas.
Sacudiendo la cabeza para alejar la vergüenza, Aiden se centró en la criatura. **Era evidente que no podía dejar pasar la oportunidad de probar su habilidad en combate**, pero por alguna razón, en lugar de atacar, sintió una punzada de curiosidad por la salamandra. Había algo en su mirada que la intrigaba, como si no solo fuera una bestia salvaje, sino una criatura con un poco más de inteligencia.
Antes de que la criatura lanzara otro ataque, Aiden dio un paso al frente. **Su velocidad había mejorado considerablemente en la última semana**, y en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba frente a la salamandra. Con una fuerza impresionante, levantó su guadaña y golpeó con el mango directamente en la cabeza del monstruo, evitando usar la hoja para no matarla instantáneamente.
El golpe fue lo suficientemente fuerte como para dejar al monstruo aturdido. La salamandra cayó al suelo con un estruendo, su enorme cuerpo temblando ligeramente mientras su cabeza reposaba en el suelo. **Aiden sonrió de manera arrogante, complacida consigo misma**. "Eso te enseñará a no meterte con alguien de mi nivel," murmuró mientras bajaba la guadaña.
Sin embargo, a pesar de su actitud despreocupada, algo extraño ocurrió. Mientras miraba a la salamandra, notó que no parecía estar completamente derrotada. **Su respiración era pesada, pero aún estaba consciente, y sus ojos seguían fijos en Aiden, llenos de... miedo.** La criatura temblaba bajo su mirada, como si hubiera reconocido que estaba enfrentándose a algo mucho más poderoso que ella.
Aiden frunció el ceño. "¿Miedo... de mí?" murmuró, antes de sentir cómo su aura oscura empezaba a filtrarse de su cuerpo. No lo había hecho intencionalmente, pero la sensación de poder, mezclada con la posibilidad de dominar a una criatura de ese tamaño, **desató su aura sin que se diera cuenta**. La energía oscura que emanaba de su cuerpo hizo que la salamandra temblara aún más, y de repente, en vez de atacarla, la criatura bajó la cabeza al suelo, en un gesto de sumisión total.
El monstruo se rindió sin luchar más.
Aiden no podía creer lo que estaba viendo. **¿Acababa de dominar a una bestia tan grande solo con su presencia?** No había usado magia, ni había desatado otro ataque devastador. Simplemente había intimidado a la criatura hasta hacerla ceder.
"Vaya... esto es... inesperado," dijo en voz alta, observando a la salamandra con interés. De alguna manera, el monstruo que había intentado quemarla hacía unos minutos ahora parecía casi... tierno. Había algo en su mirada sumisa que la hacía ver menos peligrosa y más como un animal asustado.
Aiden se acercó a la salamandra, aún cautelosa, pero con una extraña calidez en su pecho. **La criatura no se movió, solo permaneció en el suelo, con su cola enroscada alrededor de su cuerpo.** Cuando Aiden llegó más cerca, la salamandra levantó la cabeza lentamente y, para sorpresa de Aiden, movió la cola de una manera casi amistosa, como un perro que invita a jugar.
"¿Qué eres, un perrito gigante o qué?" dijo Aiden con una sonrisa, antes de suspirar. **"Bueno, si vas a ser mi compañero, necesitarás un nombre."** La salamandra la miraba con ojos brillantes, como si esperara algo. Después de pensar por unos momentos, Aiden finalmente chasqueó los dedos.
"Te llamaré **Fire**," declaró, mirando a la criatura. "Es simple y adecuado. Y además... no me quemes otra vez."
La salamandra, ahora nombrada **Fire**, pareció reaccionar con alegría al nombre. **Movió su cola en un gesto entusiasta y se levantó lentamente del suelo, su cuerpo aún un poco tembloroso.** Pero lo más sorprendente fue lo que hizo después. **Fire se giró hacia Aiden y, con un gesto casi servicial, se agachó, dejando ver su lomo y ofreciendo que se subiera.**
Aiden parpadeó, sorprendida. "¿Me estás... ofreciendo un paseo?" preguntó, sin saber cómo reaccionar. Nunca antes había pensado en montar a una criatura como esta, pero la idea no le resultaba desagradable. De hecho, **le pareció bastante divertida**.
Con una sonrisa, Aiden aceptó la oferta. "Bueno, no tengo nada mejor que hacer," dijo mientras daba un paso adelante y subía al lomo de Fire, acomodándose con cuidado. **La piel escamosa de la criatura era sorprendentemente cómoda, y el calor que emanaba era agradable.**
"Supongo que esto será más rápido que caminar," añadió, sintiendo una extraña satisfacción al estar montada en su nueva compañera. Fire, ahora más confiada, empezó a moverse por el bosque, llevando a Aiden sobre su lomo con agilidad. La relación entre ellas había comenzado de manera tensa, pero ahora, **un vínculo de compañerismo parecía estar formándose**.
"Esto va a ser interesante," pensó Aiden, mientras miraba el paisaje pasar a su alrededor desde su nueva montura.
ESTÁS LEYENDO
"Aquella vez que me reencarné en un espíritu" en el mundo de shitara slime
Fanfiction**Sinopsis:** al mismo tiempo en el que rimuru murió y reencarnó Aiden, un joven otaku de 18 años, muere repentinamente en su mundo tras un trágico accidente doméstico. Sin embargo, su historia no termina ahí. Flotando en un vacío oscuro, sin cuerp...