ENAMORATE DE MÍ.

CAPITULO 10 "LA TRAICIÓN"

Kay caminó directo al sanitario y antes de ingresar, alguien sujetó su brazo con fuerza haciendo que éste casi perdiera el equilibrio.

-¿Quién es el sujeto que está contigo? - preguntó molesto con el ceño fruncido esperando que el hermoso Omega le de una explicación razonable.

- Una noche contigo no significa que tenga que darte explicación de mi vida ¡Suéltame! - exclamó tratando de sacarse el agarre pero el Alfa lo sujetó con fuerza y lo llevó hacia los reservados para parejas.

- ¿Qué haces maldito? No ves que debo regresar con él - respondió luchando con todas sus fuerzas para poder liberarse.

- Kay, me gustas mucho y quiero que lo hagamos ahora - lo trajo hacia él agarrando su cuello y lo besó en la boca obligando al Omega que le respondiera de la misma forma, a éste no le dió tiempo en evitar dicha acción.

El Alfa reaccionó cuando sintió algo sólido y frío en el costado de su vientre.
Miró al joven quien sonreía maliciosamente mientras hacía más presión en ese lugar.

- Será cuando yo quiera y ahora no puedo, ni quiero. Sino te vas creo que podría escaparse una bala del arma sin querer - dijo sujetándola muy seguro como si fuera que de ella dependiera su vida.

- Kay, cálmate solo me puse un poco celoso. Quiero estar contigo eso es todo - aseguró retirándose del joven con cautela.

- Hoy no puedo pero te aseguro que no pasará mucho en que regrese por tí - afirmó guardando el arma detrás de su cintura, el Alfa no pudo advertir anteriormente de ésta, porque el traje del Omega lo ocultaba.

- Está bien pero por lo menos déjame darte un beso - dijo acercándose a él quien aceptó con gusto que lo besara.

Mientras que Kay se divertía a escondidas; su Alfa se preguntaba por qué demoraba tanto.
Cuando dirigió su mirada hacia el lugar que estaba Way, éste ya se había escapado.
El Psi lo vió primero y se escabulló de prisa hacia los reservados para pareja. Allí pensaría más tranquilo de como escapar y no estar presionado entre la multitud.
El club nocturno debía tener una puerta de emergencia.

Al pasar por los asientos pudo ver a los Alfas de Tony.
Un escalofrío recorrió todo su cuerpo, ¿cuántos más debe haber? Analizó, si ellos están es porque acompañan a Kenta y Kenta, ¿con quién estaría?

Debía salir de inmediato de allí, o lo iban a atrapar.
Llegó a los reservados sin nadie por detrás de él.
Respiró aliviado por un momento, pero tampoco era seguro y más aun cuando no se asiste en pareja. Pronto iba a tener compañía, nadie queda sin atenciones en ese lugar.
Lo primero que vió fue a una pareja besándose apasionadamente en uno de los sillones de la entrada.

Kay abrió sus ojos derrepente y se acordó de su Alfa, al darse cuenta que hacía tiempo lo había abandonado en la barra se apresuró en regresar.

- Ya es suficiente déjame - ordenó mientras lo empujaba.

Miró de nuevo al joven que había pasado y le llamó la atención.
Se olvidó del Alfa y fue hacia donde Way estaba.
Lo siguió sigiloso a distancia por el pasillo. En cada extremo de estos había habitaciones pequeñas ambientadas para que las parejas ocasionales tengan un momento de placer.

Las luces tenues de color rojo opacaban el lugar, Way no se dió cuenta de su presencia hasta el momento en que el Omega le habló.

- Que sorpresa tan grande, eres el Psi perdido - dijo con sarcasmo cruzando los brazos.

El joven se paralizó al oír esa voz conocida y giró de prisa para mirarlo.
Sus miradas se encontraron y su lobito gruñó.

- Tú eres Kay, ¿verdad? Te vi un par de veces en la oficina de Tony - aseguró Way pensando en entretenerlo para acercarse a él y paralizarlo.