Cupido

9. ¿Está interesante el día, no crees?

Quiero decirle lo que siento. Quiero decírselo pero no sé cómo, ni cuando, ni dónde...

Acostados los dos juntos viendo una película, uno atento a ella y la otra en su mundo. Miles de maneras se me ocurren y ninguna es buena. Quiero decirle que lo amo casi desde que tengo memoria. Agradecerle por todos los años en los que ha estado conmigo, pasara lo que pasara. Volver a decirle lo mismo que en la fiesta y volver a probar sus labios. Poder decirle cuánto lo amo siempre que me apetezca, abrazarlo y besarlo a mi gusto. Oh, y también hacerle saber que con un solo abrazo, miles de emociones recorren mi cuerpo. Con cada beso que me daba, me tenía que contener para no comerme su boca. Cada noche que pasábamos juntos...

— Está interesante el día, ¿no crees? - interrumpe mis pensamientos y al fijar mi vista en él, me señala la pantalla con sus hermosos ojos castaños -.

En la película se ve una escena completamente de sexo y no puedo evitar recordar aquella noche ¡Oh, ya puedo recordar lo que pasó! Imágenes vienen a mi cabeza... Sus besos, mis gemidos, las estocadas... Todo. Joder, qué dolor.

— S-sí, m-muy interesante - tartamudeo nerviosa y Felix me agarra de la cintura para acercarme más a él -.

Me dejo llevar y me acurruco con él, despertando así millones de recuerdos.

El primero que me llega es de cuando teníamos unos dos años - mi memoria no da para tanto, pero antes hubieron más cosas - y nuestros padres nos llevaron al zoo y estuvimos como 10 minutos abrazados porque los tigres nos daban miedo. También cuando el año siguiente, nos dieron una piruleta en el cumpleaños de Seungmin y la mía cayó al suelo. Compartió la suya conmigo. Con cuatro años me llevó en brazos hasta la enfermería de la escuela cuando me hice una herida al caerme. Con cinco años nos hicieron bañarnos juntos - evidentemente desnudos - y estuvimos abrazados todo el baño porque la caldera no funcionaba y teníamos frío. Cuando empezamos la primaria, nos hicieron hacer un trabajo los dos y cuando quedamos para hacerlo, hicimos de todo menos trabajar. Pasaron más cosas pero cuando mis padres murieron cuando yo tenía 10 años, no salí de la habitación en dos semanas y, ¿quién se quedó abrazado a mí durante esas dos semanas? Efectivamente, Lee Yongbok. Y, cuando con 13 años se fue de viaje a Australia durante 2 semanas y me dijo que no quería volver y por eso lo llamo Australiano...

Todos esos momentos...

— Felix.

— ¿Mgh?

— Te amo.

— Y yo a ti, cielo.

— Eres lo mejor que me ha pasado en mi vida, lo sabes, ¿cierto?

— Qué casualidad, tú en la mía también.

Reímos sin parar como los adolescentes locos que somos. 

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Bueno, es un capítulo muy cortito pero lo amo con toda mi alma (son los pensamientos de una adolescente enamorada que se aburre en clase, osea, yo), espero que lo disfruten igual. Es como un regalo que os hago por haber esperado tanto.

Krist <3