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Tus ojos, tan bellos como las estrellas, me inspiran a querer arrancarlas del cielo y sumergirlas en deseos prohibidos.

Tus labios, de sabor a chocolate, son tan rojos como la sangre. Haré que sientas mi infierno, y pensarás que estás en el paraíso.

Tu mente, inquieta y confundida, no te preocupes por las sensaciones que yacen en tu sistema. Estarás bien si escuchas mis palabras.

Estarás embriagado de mi presencia, hechizado por mi belleza, y consumido por las llamas del fuego.

Poemas Cortos: Notas LibresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora