Little bunny (7)

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Nayeon respira agitada, su pecho sube y baja rápidamente mientras siente a la alfa retirándose, dejando que el semen escurra desde su entrada hasta las sábanas, provocándole un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo. Abraza el oso con fuerza cuando unos labios fríos se posan contra la piel de su nuca, muy cerca del lugar donde las omegas eran marcadas.

Tzuyu la rodea por las caderas con ambos brazos, dándole un abrazo fuerte que hace latir a su corazón, Nayeon se deja hacer sin decir nada. La alfa inhala el intenso aroma a coco desde la fuente, pero cuando siente la necesidad de volver a anudar a la omega, recuerda que estuvo mal hacerlo la primera vez, así que se obliga a alejar esos pensamientos de su cabeza, en cambio se incorpora con delicadeza y se dirige al baño en busca de toallitas húmedas.

Nayeon que ahora está más tranquila y con los pensamientos despejados no puede evitar sentir vergüenza por esta situación, ella no entiende como es que Tzuyu llegó a su casa y menos como es que terminaron teniendo sexo, sabe que ella lo quería y por eso ocurrió, lo que no puede terminar de procesar es que realmente la alfa lo quiso, Tzuyu la deseaba tanto o más que ella. Cerró los ojos con timidez cuando recordó todo lo que Tzuyu le dijo y peor aún, cuando se dio cuenta de lo excitada que eso la había puesto, ¿Cómo pudo dejar que eso pasara? Ahora Tzuyu podía pensar que ella era una cualquiera.

Fue sacada de sus pensamientos cuando la alfa regresó -Nay recuéstate un momento, quiero revisarte- Tzuyu estaba en la cama sobre sus rodillas, tenía unas toallitas húmedas en la mano junto a un ungüento.

La omega asintió y sin dejar de abrazar a su osito se acomodó, escondiendo el rostro detrás del peluche. La alfa le abrió las piernas con cuidado para no asustarla ni lastimarla y fijó su mirada en la entrada de la chica. Estaba manchada con fluidos y goteando semen; tomó una toallita y la pasó con cuidado por la zona íntima de la chica, notó que la omega tuvo un espasmo, lo que se le hizo tierno -¿Te arde o te duele?- preguntó observando como es que los labios se veían algo irritados. Nayeon que estaba muerta de vergüenza solo pudo asentir, el sonrojo subió hasta las puntas de sus orejas, haciendo sonreír a la taiwanesa.

Tzuyu suspiró -Lo mejor es darte un baño para que te ponga el ungüento, espera un poco, te prepararé el agua- besó una de las rodillas de la chica y le guiñó un ojo. Nayeon la vio irse y cerró los ojos con rapidez cuando se topó con su trasero desnudo.

Tzuyu aclimató el agua en la bañera y le puso sales de baño que ayudarían a relajar el magullado cuerpo de la chica. Suspiró porque se sentía culpable, pudo notar las marcas de sus dedos en las caderas y muslos de la omega, así como un chupetón en su cuello y marcas de dientes en los pechos, se había comportado como una salvaje con su conejita.

Cuando todo estuvo listo regresó a la habitación -Listo, princesa- caminó hacia ella y la tomó entre sus brazos para cargarla al estilo nupcial -Suelta al osito, tienes que darte un baño pequeña- la omega asintió y acató la orden, dejando al muñeco en la cama.

Tzuyu caminó con ella en brazos y la dejó con cuidado dentro del agua, puso algo de shampoo en su mano y con mucho cuidado comenzó a frotar el cuero cabelludo de la coreana -¿Te sientes bien cariño?- su alfa se sentía feliz cada vez que usaba esos apodos con la mayor.

Nayeon asintió, incapaz de hablar a pesar de estar feliz. Tzuyu frunció el ceño -¿Por qué no hablas?- preguntó mientras le enjuagaba el cabello y comenzaba a enjabonar su espalda -¿No querías hacerlo? Si no querías me disculpo mi amor, no era mi intención lastimarte o usarte- un sentimiento de tristeza se instaló en su pecho, poniéndole los ojos llorosos.

Nayeon negó con la cabeza y se obligó a contestar -No es eso, alfa- su voz salió más dulce que de costumbre, intentando tranquilizar a la taiwanesa.

Tzuyu suspiró aliviada -¿Entonces qué pasa bebé?- acarició sus mejillas con preocupación.

La omega suspiró -No sé qué decir después de hacer eso- su rostro se pintó de rosado por el sonrojo que había regresado, la alfa le dio un beso en la frente.

-No tienes que decir nada en especial, conejita-

Cuando terminó de bañarla hizo que se pusiera de pie y la secó con una toalla, cuidando no lastimarla, Nayeon desvió la mirada a otro lado -Es que me da vergüenza- susurró.

Tzuyu paró y le dio una sonrisa comprensiva -Tranquila cariño, es algo normal, todas las parejas lo hacen en algún momento- besó sus labios con ternura, buscando calmarla. Tomó la secadora para el cabello y de forma tierna comenzó a usarla con la omega.

Al terminar, Tzuyu volvió a cargarla y caminó con ella en brazos para dejarla recostada contra un pequeño sillón -Espera a que cambie las sábanas- pidió, la omega mordió su labio inferior observando todo, cuando la alfa terminó Nayeon se recostó contra las suaves almohadas y Tzuyu abrió el ungüento -Separa las piernas, pequeña- tomó un poco con tres dedos y lo pasó en donde estaba irritada, masajeando con delicadeza.

Al finalizar se levantó y señaló los cajones de ropa, Nayeon le indicó donde estaba su ropa interior y la alfa sacó un par de bragas cómodas que le colocó con cuidado.

-Ahora espérame aquí bebé, tengo que ducharme, pero puedes dormir un rato y cuando despiertes te daré de comer un rico ramen ¿Sí?- su voz tierna acompañada de la hermosa sonrisa que poseía, provocó en Nayeon un sinfín de sentimientos.

-Claro alfa- contestó feliz, Tzuyu se acercó, besó sus labios y caminó de regreso al baño.

Los ojos de Nayeon se pusieron pesados y cayó en un profundo sueño.

...

Al cabo de una hora un delicioso olor la hizo abrir los ojos, buscó con la mirada a la taiwanesa pero no la encontró, así que se puso una bata y bajó a la cocina, buscando entender de dónde venía ese olor tan rico.

Al entrar vio a Tzuyu terminando de servir dos tazones de ramen junto a un poco de pollo frito y del refrigerador sacó dos envases de leche de plátano. El estómago de la omega gruñó hambriento, lo que la hizo ignorar el calor casi imperceptible en su espalda por el celo.

-Oh, ya estás despierta- dijo la taiwanesa mientras se recogía el cabello en una coleta, la omega admiró la belleza de su novia por unos segundos y después contestó.

-Sí, alfa, ¿Qué es todo esto?- preguntó con su voz algo aniñada.

Tzuyu le dio una sonrisa y caminó hacia ella para darle un beso -No es nada mi amor, solo quería consentir a mi linda princesa en su celo- llenó de besos sus mejillas y la abrazó.

Nayeon sonrió, contenta por tener a una novia tan detallista con ella -Gracias alfa- cuando ambas se separaron caminaron y cada una tomó su tazón para después dirigirse a la sala, donde una película esperaba para ser reproducida.

Ambas tomaron asiento en el sofá y comenzaron a comer mientras la película comenzaba. Tzuyu sonreía mientras veía a la linda omega llenar sus mejillas con los fideos picantes, poco después la coreana pidió algo para tomar pues el picante la había sobrepasado, Tzuyu rió un poco y le entregó la leche de plátano.

Nayeon bebió con desespero y sonrió por el delicioso sabor, sin embargo Tzuyu pausó la película y le quitó la bebida -Espera un poco conejita, primero tienes que tomarte tu supresor- la alfa le entregó una cápsula que hizo a Nayeon fruncir el ceño para después negar con la cabeza.

-No alfa, me da asco- Tzuyu suspiró.

-Conejita debes tomarla o te dolerá el vientre otra vez- su voz seria hizo que Nayeon se quejara audiblemente.

-Si eso pasa entonces alfa puede ayudarme- volvió a tomar su tazón de ramen y comió, ignorando el rostro sonrojado de la chica a su lado.

Tzuyu mordió su labio inferior -Si no la tomas no habrá pollo frito ni más ramen- condicionó, la omega se quejó.

-¡Alfa mala, quieres que sufra!- lloriqueó falsamente.

La mencionada negó -Anda, tómala-

Nayeon hizo caso a regañadientes, tomándola con la leche de plátano, Tzuyu sonrió -Así está mejor cariño- fue a la cocina y trajo el pollo frito para después reanudar la película.

Little bunny // Natzu [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora