Rollercoaster 2da parte

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CAPITULO 8





En un circuito, usando un vehículo de la NASCAR, Settle entrenaba.
Daba varias vueltas a la pista.
El cálido sol de Los Ángeles daba en una parte del circuito.
Ella conducía ágilmente.
El vehículo sobrepasaba los 180 kilómetros.
-En cada vuelta eres mas ágil, ¿eh?.- respondió Scott.
-Bueno, sabes, que mucho aceleran sus vehículos al límite para alcanzar la meta, y mientras yo vaya y vaya más rápido, más atrás van quedando…
-Y recuerda, que esta semana, entras a las clasificatorias.
Las 500 Millas De Indianápolis, esas ya son las grandes ligas…
-Cuando vaya a la primera carrera, ya antes de que suelten la bandera, yo ya habré ganado hace rato.
-Ya quisiera que llegue el día de las clasificatorias.
Los dejaras locos con tu entrenamiento.
-Jajá, esa copa va a ser mía…




Settle abre sus ojos.
De vuelta a Anaheim y a enero de 2005 otra vez…
El sol salía suavemente por la ventana…
Y en su despertador indicaba que eran apenas las 5 con 49 de la mañana.
-¿Tan temprano es?.- Dijo ella.
Entonces se vuelve a acostar
No sin antes, observar, como Jaqueline duerme abrazada a su brazo izquierdo, además de dejarlo casi babeado.
-Con razón siento el brazo mojado y entumecido.
Sáquese para allá.- le dijo ella después de sacar su brazo de sus manos, además de darle un empujón, pero Jaqueline cae al suelo.
-Ups, lo siento.-Se asoma a ver- ¿Sigues viva?
-De…jame… dormir- le dijo medio dormida Jaqueline.
Settle asiente con la cabeza y se vuelve a acostar…

Cómo a eso de las 8 de la mañana, Settle, baja a preparar el desayuno.

Y después de preparar el desayuno, los niños de Settle habían comido.

Settle se percata de que el reloj está por dar las nueve de la mañana.
-¿Y aquella será que no va a desayunar?- se pregunta ella.
Así que sube por las escaleras que llevan a las habitaciones de la casa.

Pisa suavemente la alfombra color café y se apoya en la puerta de su propia habitación
-Vaga- dijo ella tajantemente
La habitación se llenaba de los ronquidos de Jaqueline…

Settle, entra y evitando hacer ruido se detiene frente a ella…
-¡JAQUELINE MAFLE, DESPIÉRTATE!- le grita ella.
Jaqueline al escuchar su nombre así, se despierta desconcertada y asustada.
-¿Qué, quien es?-
-Como, de ¿Quién es?, soy yo, Settle, ya son las 9, te vas a levantar a desayunar o te vas a quedar durmiendo hasta las dos de la tarde?
-Solo cinco minutos mas- Insistió ella
-No, ven aquí.- Procede a tomarla de un brazo y de una pierna y la saca fuera de la cama dejándola caer…
Jaqueline con quejidos, le contesta.
-Ya, ya entendí, me paro- responde ella con un tono seco
-A la próxima te echo agua para que te levantes más rápido.- Le respondió ella tajantemente.

Jaqueline había terminado de lavar sus dientes, solo que no arreglo su cabello y este se le esparcía por toda su espalda.
Se sienta suavemente en la silla en dónde se retira las suaves pantuflas de goma que pertenecen a su hermana.

-¿Estas lista para hoy?- pregunta Settle
-Ah, hablas de ir a casa de papá, si te lo preguntas, me encuentro algo nerviosa, no he ido en mucho tiempo, y saber que cuando entre por la puerta, me sentiré como una extraña.- le respondió ella con una preocupación significativa.
Dicha preocupación, se afirmaba en los pensamientos de Settle, ya que ella, a pesar de encontrarse, aún, en un duelo, tener que ayudar a su hermana, a recuperar el respeto de sus padres, también la tenía bastante preocupada en el fondo.
-No te preocupes, ya veremos qué pasa cuando lleguemos, puede que no te hable, pero hay que intentarlo, confía en mí.- le dijo seguido de un guiño de ojo.
-Eso me alivia- repuso con un tono esperanzador.


Como a eso de las once de la mañana, Settle junto Jaqueline y también los niños de Settle, salen de casa y van directo a el otro lado de La ciudad para ir a visitar a los padres de las dos hermanas.
En una caminata llegan al centro de la ciudad, la cual era muy movido hasta en los fines de semana, sin importar la hora, sin importar cualquier estación del año.
Rascacielos y edificios corporativos, toda esta zona, se con juntaban en un ancho de 37 kilómetros.
Las chicas ingresan en el metro que las lleva directo a dónde vive Charles Mafle y Katherine Mafle, padres de ambas.
La ubicación exacta es los Campos de Milford, zonas rurales, que invierno pasa a ser toda una pradera glaciar.
Mientras que Johnson iba al lado de su hermano, quien, embelesado por la vista que su asiento le daba, veía los vehículos y los diferentes diseños y colores de la infraestructura de la ciudad, Jaqueline, hablaba con su hermana, sobre lo que estaban por hacer.
-Supongo que sigues nerviosa, ¿Cierto?- le pregunta Settle levantando una ceja.
-Es obvio que lo estoy- asegura ella.- Siento que cuando lleguemos, y entremos, me sentiré como una desconocida.
-Si, si… tienes suerte de que ya no tenga tanta edad, porque iría por su Winchester, y te correría a tiros de la casa.
-Si fuera algo así, ¿Qué clase de idiota le haría algo así a su familia?
-Uno que esté bien mal de la cabeza.- remata con una mirada hacia la ventana del tren…
Tal parece que dicho viaje tardaría una hora, así que para llegar a los campos de Milford, dichas hermanas continuarían con su conversación…

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