MAGIC [VHOPE]

13. Dark Necessities.

HOSEOK

<<¿Magia?...>>

Taehyung se puso de pie, me tendió la mano para levantarme. Puse mi cabeza en su pecho colocando las palmas de mis manos en sus hombros y él me abrazo por la cintura pegándome totalmente a él. 

Pude escuchar el sonido de su corazón, el mío estaba igual de alterado. Él dijo que sintió "magia", no sabía a que se refería con eso, pero algo estaba claro, al estar a su lado me hacía sentir completo. 

Taehyung, con su voz gruesa y masculina, susurró en mi oído:

—Me gusta la persona que soy cuando estoy contigo —lo miré —me haces querer ser un mejor hombre. 

Y ahora el que lo besó fui yo. 

Lo deseaba, necesitaba sentirlo, mis brazos rodearon su cuello, acariciaban sus cabellos y solo sentí como se aferraba a mi cintura mientras que sus besos rompían una a una las capas que cubrían mis deseos y mis bajos instintos que permanecían dormidos desde hace mucho tiempo. 

Mi celular timbró inoportunamente como siempre, él se detuvo. Pero fui yo quien se aferró a sus labios sin quererlos soltar. Estaba hambriento, hambriento de deseo por él. 

Mi celular volvió a sonar, era el timbre de Sakura. 

Me detuve. 

Taehyung dio un paso atrás, llevó sus manos a los bolsillos mientras esperaba pacientemente. Saque el celular de mi maletín y contesté. Luego de un par de minutos me dirigí a él nuevamente.

—Tengo que irme... —dije por lo bajo mientras tomaba mi maletín.

—No. —lo miré —esta vez no saldrás corriendo —me quitó el maletín de la mano —te acompañaré a casa. 

Tomó sus cosas, agarro mi mano, la coloco en su antebrazo tan caballerosamente y caminamos a la par por el sendero del parque.

—Dime una cosa Taehyung, ¿Cómo te fue hoy en tu tarea? —me miró y con una risita me siguió el juego.

—Jefe, usted me dio suerte este día, no solo logré terminar si no que lo hice primero. 

<<¿le ganó a Eunwoo?...>>

—Así que espero mi recompensa —se detuvo y puso su mejilla frente a mi. 

Me acerqué para darle el beso, pero rápidamente giro su rostro  robando un beso otra vez. 

—Eres un aprovechado... —dije dándole un manotazo en el brazo.

—No jefe, solo aprovecho las oportunidades que la vida me da. 

Me detuve. 

—¿Qué sucede? ¿dije algo que te molestará?  —dijo bastante preocupado y yo solo negué con la cabeza. 

—Aquí vivo. —mencioné con una risita.

—¡Vives a tres cuadras de la empresa! ¿por qué rodeas? 

—Me gusta caminar por el parque, y aunque suene muy raro, me ayuda a quitarme el estrés mirando lo bonito de los arboles, sentarme en una banca y contemplar el cielo. 

—Te entiendo, esa misma sensación tengo cuando voy en mi coche manejando. Así que somos un par de raros. —reímos por lo bajo los dos.

—¿Y tu coche? 

—En el estacionamiento de la oficina... 

—Ya es tarde, debes volver. 

—Nadie me espera en casa...