La liga de los enamorados [Lawlu]

05. "La incógnita que nos une"

Cuando vives en un país como authia en lo último que piensas al despertar es que tendrás un día tranquilo, eso sería sin duda un milagro, en el país menos concurrido del mundo por los turistas no puede pasar ni una semana entera llena de tranquilidad. Naves por aquí y por allá, láseres cayendo desde el cielo, villanos destruyendo cosas, extraños monstruos destruyendo las casas, el país vivía en constantes reparaciones y muertes, más en cierta ciudad donde las temperaturas eran demasiado bajas, la capital.

La capital de authia vivía regida con las mismas políticas de las demás ciudades, pero era donde más problemas habían, afortunadamente también ahí estaba la base de los redrocks que defendían a los ciudadanos, era tan extraño que todo sucediera en ese lugar, era como si los villanos se esforzaran demasiado en encontrar algo.

Luffy, que lleva toda su vida viviendo en ese lugar no recuerda los días caóticos, eso sería extraño para cualquiera que lo escuchara porque ahí era todo menos tranquilo pero en primer lugar el pequeño luffy no recuerda haber salido de casa alguna vez, ni para jugar con sus amigos, ni para ir al colegio, mucho menos para tomar el sol en un paseo, lo más lejos que llegó fue a su jardín donde ridículamente también era custodiado por varios guardias. Tenia un chef en casa y tomaba clases privadas con más de ocho maestros, sus notas no eran ejemplares pero se defendía y eso era suficiente, comía siempre en casa en esa gran mesa donde ivan y kuma llegaban de vez en cuando para hacerle compañia, su padre siempre estaba a su lado en silencio degustando de su carne a término medio con una copa de vino en la parte derecha, nunca le preguntaba de su día y creía que era porque su padre no pensaba que algo interesante saliera de su boca.

Toda su vida se basó en eso, no culpaba tanto a su padre, se suponía que quería protegerlo, a él y al mundo. Tal vez un poco más al mundo que a su hijo. Kuma le enseño técnicas de combate por si algún día estaba en peligro, ivan también pero ella le enseñaba más modales que nada, no los necesitaría así que mientras dragon no veía, la mujer también le enseñaba grandes trucos con las piernas, patadas fuertes y giros extraordinarios.

Su único método de compañia hasta ese momento fue la gran televisión que tenía en casa, su padre le permitía ver lo que quisiera, cualquier programa, película o serie, pero luffy prefería ver las noticias, saber lo que sucedía afuera, lo que existía en el exterior y todo lo maravilloso que la vida podía ofrecer, grande fue su sorpresa al ver todos los días como la ciudad era prendida en fuego por gente malvada, robaban bancos con explosiones de por medio y secuestraban a gente importante. Sus días estaban llenos de información provenientes de todo tipos de noticieros, más el de morgan quien investigaba más a fondo los casos y era el único que hablaba con la verdad.

El caos era abrumante y si él se sentía así no se imaginaba lo que sería para el resto, llegó a pensar proponerle a su padre que él podría ayudarle a atrapar a la gente malvada con su poder, poner todo en calma y mantener la paz, pero dragon se negó. Se sintió solo y excluido por mucho tiempo en aquella habitación imaginando como sería su vida si no tuviera ese poder y cuerpo de goma, ¿todo sería divertido? ¿Podría disfrutar de tiempo con sus amigos en salidas de fines de semana como los chicos de las películas? No lo sabía y pensaba que nunca lo descubriría.

Hasta que un día decidió cambiar su rutina y comer en su habitación por los bajos ánimos que tenía de convivir con las mismas personas de siempre, prendió la televisión y se acostó en el suelo para comer algo de carne, en la pantalla se mostró a un tipo volando por los aires o algo parecido, volaba de una forma extraña -claro que no sabía que Trafalgar solo tiraba piedras para teletransportarse. - Lucía un traje color negro y una máscara, incluso una capa. Los ojos de luffy se iluminaron por completo ese día mirando la producción bien elaborada de morgan en grabar la valentía de ese chico en todo su esplendor, el chico salvó a más de una persona en el ataque de un edificio, derrotó a un hombre que parecía más un pulpo que humano y sin decir nada se fue.