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Las campanas de la iglesia resuena, toda la gente está entrando en ella mientras parlotean felices.

Mi madre y mi padre habla a gusto con con una pareja amiga, mi mirada aburrida se pasea por los alrededores.

En el bosque justo detrás de la iglesia puedo ver una silueta, que se pasea desprocupadamente.

Mis pies parecen moverse solos y me encuentro caminando directamente a su dirección.

Estoy a menos de dos metros cuando se voltea y me sonríe, petulante como siempre.

- Hola, nieve. - despeina su cabello.

- ¿Qué haces aquí solo?

- Doy un pequeño paseo. - da dos pasos en mi dirección. - ¿Me quieres acompañar?

Niego pero me encontró caminando hasta el.

El ríe

‐ Será divertido. - toma mi mano y un escalofrío recorrie mi columna vertebral.

Me jala para adentrarse en el bosque y mi cuerpo parece estar atraído a el, caminamos más de veinte minutos en completo silencio.

Los murmullos de los animales y el roce de las ojos son los único que se escucha.

Llegamos a un claro por fin para y voltea a verme.

- ¿Hermoso? . - pregunta acariciando mi mejilla.

Y yo solo asiento tímida por su acción tan cariñosa.

- Muy lindo.

- Lindo vestido. - susurra tocando mis hombros.

Sus manos suben y bajan por mis brazos.

- Gracias. - lo miro a los ojos y estos están dilatados. - mi mamá los escogió para mi.

El da un paso al frente y sus manos viajan a mi espalda pegando completamente a su anatomia.

- ¿Qué diría tu mamá si te quitara el vestido?

Tragos fuerte y niego.

- Eso no es debí...- me interrumpe poniendo un dedo sobre mis labios.

- Los placeres de la vida, son las cosas que no debemos hacer.

Sus manos viajan a mi cintura, sonríe y lo veo ponerse de rodillas lentamente.

Estoy completamente muda.

Sus manos pasan a mis piernas, las acaricia lentamente, se escabullen dentro del vestido y don un pequeño salto

- Nieve. - lo oigo susurra. - levanta el vestido y mete su cabeza dentro.

Mis ojos van al cielo ahogando un grito.

Siento sus manos bajar lentamente mi sopa interior, su aliento chocando con mi intimidad.

Apretó las piernas pero sus manos se clavan en mis muslo, sus labios se posan suavemente en la piel de mi cadera.

Un gélido brota de mis labios, involuntariamente y tapo mi boca con mis mano.

Sus manos viajan a mis nalgas aprentadolas cuando siento su lengua pasarse directamente en mi centro lamiendo.

Lo empujó con todas mis fuerza y caigo al piso, mi pecho sube y baja frenético.

Shawn me mira fijamente cuando se pone de pie, y relame sus labios.

- Te hice faltar a la iglesia, nieve. - sonríe. - y te hice probar un poco de pecado.

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⏰ Última actualización: Oct 04 ⏰

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