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36. Fantasía Occidental (14)

Claude reveló que Ludwig solo estaba jugando la carta emocional, pero Aldia sacudió la cabeza y dijo: —¿No puedes dejar de dudar de todo? Lud y yo hemos estado juntos desde la infancia. En un amigo mío, ¿por qué usaría ese método? Dijiste que quería engañarme, pero ¿no fuiste tú quien realmente me engañó para que viniera a esta torre de huesos? No es Lud quien me engañó, sino más bien tú "tratando de salvar a otros".

Claude se sintió como si hubiera sido alcanzado por un rayo.

—¿Para salvar a otros por ti mismo? ¿Estás diciendo que te estoy mintiendo? ¡¿Crees lo que dice y consideras lo que digo como un engaño?! ¡Tú! —Gritó temblando, pero en su mente recordó que Aldia caminó hacia Ludwig en el momento en que lo vio aparecer, e incluso ignoró el ataque de Ludwig y eligió aparecer precipitadamente cuando escuchó la voz de la otra persona.

Esto hizo que la sangre de su cuerpo se enfriara.

Sabía que no importaba lo amable que dijera este hombre, nunca había abandonado sus emociones y creencias anteriores. En su corazón, siempre sintió que Ludwig era amable y hermoso, pero era sinónimo de astucia e insidiosa. Cuando esta persona permanece a su lado, ¡la única persona en la que realmente confía son los demás!

Ludwig... es Ludwig siempre. La última vez, sólo porque escuchó la conversación entre él y Ludwig, esta persona que obviamente era su amante en realidad eligió luchar en la guerra fría. La relación entre ambos aún se mantiene, pero durante mucho tiempo ha existido sólo de nombre.

Más tarde, el intento de asesinato de McKay fracasó y su propia Santa Sede perdió a un Magister Oscuro, lo que también provocó que la Santa Sede de la Luz lo persiguiera. Una pérdida tan grande causó una gran conmoción en la iglesia. La noticia de que había ordenado a alguien asesinar a Ludwig se extendió como la pólvora. Incluso la condenada al ostracismo Aldia se enteró y fue a interrogarlo.

... Eso es ridículo.

Esa fue la primera conversación entre los dos después de que dejaron de comunicarse durante un mes.

Fue el cuestionamiento de Aldia de principio a fin.

Si no hubiera confiado en el hecho de que la gente en la (oscura) Santa Sede estaba alejada de Aldia y no podía decirle la verdad, y se negaba a admitir que había asesinado a Ludwig, realmente dudaba que Aldia rompiera completamente esta relación.

Claude apretó los dientes y miró fijamente la espalda frente a él.

Su amante.

El que le prometió ir de la mano por el resto de su vida.

Quien miraba al Santo Hijo de la Santa Sede con entusiasmo y preocupación, la nostalgia y la preocupación en su tono eran tan obvias.

¿Qué hay de él? ¡Durante este período de tiempo, dejó su postura y pidió la paz! Las constantes explicaciones sólo resultaron en la indiferencia de Aldia y en una situación cada vez más desagradable entre los dos.

Incluso durante este viaje, si no le hubiera pedido a algunas personas cercanas en la iglesia que le insinuaran a Aldia con tacto que este viaje era muy peligroso, ¡Aldia ni siquiera le habría preguntado acerca de dejar en paz a la Santa Sede Oscura!

El resentimiento y la vergüenza en el corazón de Claude ardieron.

Nunca permitió que otros estuvieran a la altura de su carácter, intercambiando diente por diente y ojo por ojo, y no podía tolerar que lo intimidaran. Al principio, la gente de la pequeña aldea donde creció lo menospreciaban y lo acosaban como a un huérfano. Después de que despertó su magia, mató a todos en la aldea, sin dejar a nadie con vida, usó un pequeño truco para convertir la magia que la otra parte liberó a la vista del público en magia oscura, lo que provocó que fuera capturado por la Santa Sede de la Luz...