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39. Fantasía Occidental (17)

En medio de una hermosa atmósfera, se escuchó un ruido dentro de los muros de la Santa Sede.

—¿Qué pasó?

—¿Por qué se quemó el muro?

—Oh, no, ¿es esto un gran desastre?

Alguien intentó apagar el fuego, pero la llama del dragón no era una magia de fuego ordinaria y contenía el poder del lenguaje del dragón, por lo que naturalmente falló. El último sacerdote de alto rango tuvo que apretar los dientes y usar un cañón mágico para abrir una pequeña sección de la pared del patio para que la gente que estaba dentro pudiera salir.

—¿Quién eres?

El sacerdote que salió primero miró atentamente al grupo de mercenarios del Dragón Rojo cuidadosamente organizado frente a él, y luego sus ojos se posaron en Collins.

El joven creció y su línea de sangre purificada aumentó la presión del clan dragón, haciéndolo destacar entre un grupo de personas. Cuando el sacerdote lo miró a los ojos, sus ojos estaban deslumbrados. Sintió como si llamas rojas ardieran en los ojos del otro. Inconscientemente dio medio paso hacia atrás, luego se despertó y le devolvió la mirada con vergüenza y molestia.

—Somos los caballeros guardianes de Su Alteza Real el Hijo Ludwig de la Santa Sede de la Luz en el Principado de Bigland —Collins se hizo a un lado para dejar ir a Ludwig —Escuché que el condado de Lombardía estaba sufriendo una plaga y vine.

El Hijo de Dios...

—Su Alteza.

El sacerdote estaba un poco dudoso y le mostró el emblema de la identidad del Hijo, lo que lo convenció.

Sabiendo que era alguien de la Santa Sede, los sacerdotes que originalmente estaban nerviosos y sospechaban que los civiles estaban causando problemas se sintieron aliviados. Como era uno de los suyos, volvieron a aparecer los habituales trucos.

La arrogancia del sacerdote principal se mezcló con la ira.

—Por la gloria del Dios de la Luz, es un honor para mí que venga Su Alteza Real el Santo Hijo. La rama de Lombardía debería haberte recibido con un excelente vino elaborado con uvas recogidas por las más hermosas. esclava. Pero no lo ha hecho de antemano. Vino directamente a la Santa Sede sin presentar ningún documento, y el incendio de la pared del patio puede tener algo que ver con el séquito de Su Alteza...

—Dale una explicación a la sucursal de Lombardía —dijo Ludwig con desprecio.

—¿Explicar? Por supuesto, si este sacerdote puede darle una explicación al pueblo de Dios detrás de mí que ha estado esperando durante tres días pero no puede obtener una gota de agua bendita, también podría explicárselo a su rama.

Al sacerdote no le importó en absoluto. Al escuchar lo que quería decir, miró con desdén y casualmente a las personas detrás del grupo de mercenarios. Al ver que sus rostros ya no estaban llenos de energía negra, se sorprendió y supuso que era obra de Ludwig. No pudo evitar negar con la cabeza.

—Su Alteza Real el Santo Hijo todavía es joven. Estas personas de bajo nivel son como malas hierbas en la tierra. Pueden crecer con el viento. Incluso si la nieve del invierno se congela hasta morir, volverán a aparecer tan pronto como sople la brisa primaveral. ¿Por qué desperdiciar la preciosa luz? ¿Por qué se desperdició el poder mágico en ellos? Los mensajeros de Dios tienen cosas más importantes que hacer.

—¿En serio? Entonces, ¿qué hicieron las personas de tu rama?

Ludwig notó que la mayoría de los sacerdotes aquí eran de rango inferior, el único que hablaba con ellos era un sacerdote de alto nivel.