Soukoku

V

Tomaba el jugo de fresa, realmente sin prestarle mucha atención al sabor, ya que toda mi atención caía sobre Dazai. Prestaba atención a cada movimiento que hacía, cuidando que no hiciera nada raro. Me había olvidado por completo de la presencia de Elise, pues era tan callada y tranquila que casi ni se sentía.

Veía a Dazai con el tenedor en la mano jugando con la comida, parecía estar perdido en sus pensamientos. Estaba todo en silencio, yo también estaba perdido en mis pensamientos. Estaba tratando de adivinar en qué pensaba Dazai, aunque la cara inexpresiva de este no ayudaba en nada.

No me di cuenta de nada que pasaba alrededor hasta que sentí una pequeña mano jalándome la manga de mi casaca. Bajé mi cabeza para encontrarme con una pequeña rubia.

Sonreí amablemente. "¿Qué pasa? ¿Ya terminaste?" pregunté con mi sonrisa y voz más amigable que tenía.

"Terminé todo... ¡Juguemos juntos a las muñecas!" dijo con un tono alegre mientras me jalaba aún más rápido mi manga.

"Muy bien, pero primero irás a lavarte los dientes", dije amablemente, quería cuidar bien de Elise.

"Vamos, te acompañaré." La niña asintió y me jaló de la manga para que me levantara; me levanté y la seguí.

Antes de salir por la puerta de la cocina y entrar a la sala principal, giré la cabeza para ver a Dazai. Él también me miró y sonrió. Oculté mis ganas de sonreír también, porque sinceramente Dazai tenía una sonrisa muy, muy, pero muy linda y contagiosa.
Sentí que se removía mi estómago ante su sonrisa.

No, en serio, algo andaba mal en mi estómago

"Por cierto...", Dazai habló, tapándose la boca con una mano, como si estuviera evitando reírse. Elise, al ver que Dazai volvía a empezar con sus cosas, simplemente se encogió de hombros y fue a lavarse los dientes.

Estaba dispuesto a seguir a Elise e ignorar a Dazai, pero la curiosidad por saber lo que iba a decir Dazai me ganó.

"El jugo de fresa...", ante la mención del jugo que me había dado, entré en pánico silencioso; sabía que había hecho algo.

"Le puse laxantes al jugo de fresa", dijo con una sonrisa.

"¿¡Qué?!" Ya entendía por qué me dolía la barriga.

"So...", Dazai sonrió. Iba a acercarme, esta vez sí lo iba a matar, pero comencé a sentir que el dolor se intensificaba; me puse ambas manos en la barriga, tenía ganas de ir al baño.

"¿Oh...? Ese laxante es realmente eficiente; mira lo rápido que está haciendo efecto", dijo con una mirada inocente, parecía un niño.

"¿...Dónde está el baño?" pregunté, matar a Dazai podía esperar; realmente necesitaba el baño.

No sabía dónde estaba el baño debido a que cuando se suponía que Dazai tuvo que darme el recorrido, salió mal.

"Las palabras magicas, chuuya ¿Que se dice...?" Dazai sonrió

Suspire amargamente "¿Puedes por favor decirme, donde esta el puto baño?" dije casi gritando

"Siempre tan delicado..." se burló Dazai

Dazai se levantó de la mesa.

"Ven...", dijo dazai, saliendo por la puerta de la cocina; lo seguí mientras maldecía mentalmente y también soltaba algunos insultos dirigidos a Dazai.

Entramos a la sala principal y luego comenzamos a caminar por unos pasillos, el mismo lugar en donde le había roto el florero en la cabeza a Dazai. Qué buenos recuerdos; creo que los quiero revivir, pensé.

Dazai se paró frente a una puerta.

"Entra, te esperaré aquí", sonrió. Iba a abrir la boca para, obviamente, insultarlo y decirle que no quería verlo cuando saliera del baño, pero agregó:

"Y no digas que no, créeme que agradecerás que esté aquí." Sonrió.

¿Por qué lo agradecería?

Simplemente lo ignore y entre al baño.

[...]

¿Errores? No lo se, no lei una segunda vez