• Squirt • [Parte única]

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Al principio, se sentía bien, las descargas eléctricas que su cuerpo irradiaba de su espina dorsal hasta los rincones de su piel lo hacían sentirse increíble. Y ni hablar de los chupetones y los besos en su cuello o abdomen, la sensación de humedad y succión en su cuerpo lo hacía temblar y estremecerse en señal de placer, era más cuando Kei golpeaba su próstata constantemente para hacerlo gritar y morder la piel pálida de Kei a su alcance.

Lo ama. En serio, Tadashi ama cuando Kei le da atención absoluta a su cuerpo y se centra en hacerlo sentir una y mil maravillas en su piel de esta manera, haciéndolo balbucear, soltar palabras sucias y groseras a Kei, o incluso gritar cuando no consigue la coordinación precisa para formular una mínima sílaba que no sea solo “¡Ah! ¡Ah! ¡Si! ¡Aah!” porque Kei está haciendo perfectamente su trabajo. Y no le molesta, aunque a veces quisiera poder hablar bien cuando tienen sexo y decirle a Kei qué otras cosas le puede hacer, pero su cerebro se conforma y acepta lo que tiene para disfrutar.

Al principio, todo se sentía fantástico, pero luego de una hora de Kei negándole su segundo orgasmo porque el imbécil es un imbécil a pesar de todo lo bueno que le ve, empezó a sentirse extraño, y no extraño del que se puede considerar bueno, sino extraño de que algo podía salir mal. Y el problema era que no sabía cómo decirle a Kei, ya que el idiota de su novio estaba haciéndolo trizas en sus entrañas de esa forma enloquecedora al punto de dejarlo perdido en las nubes con el éxtasis que subía y bajaba, masajeando su pene en su puño casi que matándolo por la sensación y presión en su glande, y Tadashi no conseguía cómo comunicarse sin jadear o gemir.

Si esto sigue así, si no consigue decirle a Kei que se siente raro, él… No quiere pensar en esa posibilidad. Pero literalmente puede morir a causa de eso y necesita-

Una embestida profunda lo hizo exaltarse, alzando su torso en un arco encima de la cama, gritando el nombre de Kei en advertencia ante el golpe divino en su próstata. Tadashi llevó sus manos a los antebrazos de Kei y lo rasguñó sin medir su fuerza. No se arrepintió, Kei también se buscaba las malas marcas en la piel, precisamente las heridas profundas en su espalda compuestas de líneas rojas junto a los chupetones en su pecho y hombros no eran solo por cariño y amor. A Tadashi también le gusta vengarse.

En realidad, a Tadashi le gusta marcar a Kei de cualquier forma posible. Con sus marcas esparcidas por el cuerpo de Kei, la gente sabrá que es un hombre reclamado y que ya no está en el mercado, era solamente suyo. Posesivo o no, la gente tenía que saber eso.

Pero ahora, ni siquiera las marcas en el antebrazo de Kei le hicieron bajar la intensidad y profundidad de sus embestidas. Tadashi ya no sabe si está llorando de excitación, sobreestimulación o de preocupación.

—¡Tsukki! ¡Tsukki, esp- Ah! ¡Keeeiiii…!— La visión de Tadashi era borrosa por las lágrimas, su boca la sentía con demasiada saliva escurriéndose por su mentón hacia su cuello. Se siente, y de seguro se ve, como un desastre. El desastre favorito de Kei cuando se le permite hacer. De repente sintió algo extraño en su vientre que irradiaba hacia su ingle, y asustado levantó la cabeza hacia Kei, quien tenía una sonrisa burlona en su rostro con su mano masajeando insistentemente el glande goteante de Tadashi. Kei tenía que ser un idiota sexy.— ¡Ay, ahí no! ¡Ya, Kei, por favor!

Milagrosamente, y Tadashi en serio agradeció a la primera deidad que se le cruzó por la cabeza, Kei bajó la intensidad y se agachó con cuidado hacia Tadashi, quedando cara a cara. Tadashi tiene los ojos cerrados por la presión que ahora siente en su vientre e ingle, jadeó pesadamente intentando controlar la respiración.

— ¿Dashi?— Tadashi abrió los ojos a la voz suave de Kei, gimiendo en voz baja al ver el ceño preocupado de Kei y la mano cálida y callosa por el voleibol pasearse por su mejilla húmeda de lágrimas— ¿Todo bien? ¿Te duele algo?

Derechos a la Sobreestimulación  [🍰TsukkiYama🍟] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora