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10 de marzo de 1991.

Namjoon se disponía a verter toda la creatividad reprimida en aquel inspirador momento. La agotadora urbe era parte del pasado y él no perdería ni un segundo en expresar lo que sentía tras la paz que lo había recibido en ese lejano campo silvestre.

Aquella era una década de innovaciones tecnológicas y el joven treintañero solo quería respirar aire puro; darle inicio a una vida más amena y artística, como lo estuvo planeando durante meses. Por lo que sonrió cuando un ave cantó en los cielos, cerca del árbol en el que él reposaba frente al caballete.

Mientras recibía la cándida sombra, mezcló dos tonalidades y ejerció una hábil pincelada sobre el lienzo en blanco, comprobando que estaba listo para expresarse libremente como lo había ideado. El paisaje era prístino y sin dudas deslumbrate. Cómo se notaba que la mano del hombre aún no lo corrompía con el indolente uso del concreto armado.

Lo que adoraba profundamente.

Evocando la belleza natural que su ojo entrenado observaba, pensó que la obra culminaría de modo fascinante.

Es más, estaba seguro.

Alzó la vista para guiarse y entonces percibió lo extraño, un movimiento singular entre la alta y delgada hierba.

Frunció el ceño, pero decidió que eso no significaría un alboroto. Le atribuyó la responsabilidad a alguna traviesa liebre y continuó con la función artística. Aunque no tardaría mucho en sospechar que algo más serio estaba ocurriendo cuando la hierba empezó a agitarse como si algún tipo de serpiente enorme danzara a velocidad anormal.

—¿Qué carajos...? —murmuró, separándose del lienzo.

Dejó la paleta en un pequeño banco que lo acompañaba y se armó de valor para acercarse a las bases de ese misterio.

Pensaba que se había vuelto loco por ir tras aquello en lugar de tomar sus cosas y huir, pero la curiosidad que le generaban las circunstancias podía más que su capacidad de raciocinio lógico. Caminaba en su dirección con ansías de descubrir lo que era. Y casi se cae al suelo de espaldas cuando una joven mujer brotó de la hierba tal y como lo hace una flor al emerger de su capullo.

A Namjoon le impresionó muchísimo más su hermosura que el acto en sí de su mística aparición.

Ella poseía una piel oscura tan tersa y brillante que parecía de terciopelo, su cabello era negro, frondoso y muy largo, llegaba a sus caderas, y sus atributos eran cubiertos cuidadosamente por flores silvestres que la rodeaban como si nacieran de su femenina figura. Su presencia ante él era tan imponente como cautivadora. Estaba perplejo.

La fémina le sonrió con picardía y acercó la mano a su propia boca para lanzarse un polvo amarillo y refulgente con pequeñas flores. Namjoon lo miraba caer sin saber por qué lo había hecho o qué significa. No entendía nada. Absolutamente nada. La observaba abrazado a la confusión.

Sin embargo, no tenía de qué preocuparse, aquel travieso ser tan solo le estaba dando la bienvenida a su adorado campo, el cual cuidaba celosamente desde su nacimiento.

Segundos más tarde, ella desapareció sin dejar rastro además del polvo mágico que le había obsequiado y ahora reposaba en sus pies. De repente, él se reeplanteaba qué tan buena idea había sido haberse mudado allí, en medio de la nada, donde habitaba una rara entidad de cualidades sobrenaturales.

Miles de preguntas se desataron en su cabeza en ese momento.

Pero no había manera de que se quedara con las dudas.

Descubriría qué era.

( 𖧧 🌱 𖧧 )

4.10.24

¡Hola!

✨Nueva historia✨

Va a tener capítulos cortos de no más de 600 palabras, nunca escribo caps tan cortitos, pero quería experimentar para ver si podía manejar esos tiempos.😅

(Eso sí, no se indagará demasiado en la historia de los personajes ni se buscará desarrollar los tiempos más allá de lo escrito, será una historia para digerir más rápido y por eso va a ser cortita).

Quedan advertidas. 👀

Espero que les guste mucho así como a mí escribirla. 💛

Sweet Sorelia » k.nj [ Terminada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora