━━━ 𝐌𝐄 𝐆𝐔𝐒𝐓𝐀𝐍 𝐋𝐀𝐒 𝐏𝐄𝐋𝐈𝐂𝐔𝐋𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐓𝐄𝐑𝐑𝐎𝐑
━━donde reina el misterio,
donde lo oscuro se vuelve algo serio.
La música inquieta, el viento silbando,
y pasos que escuchas cuando nadie está andando.
En las de suspenso, tod...
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Evadne, al llegar a su casa, escuchó el teléfono sonar insistentemente.
—Debe ser una maldita broma —murmuró, frustrada. Con un movimiento decidido, desconectó el aparato y lo guardó en un cajón, como si eso pudiera alejar la amenaza que lo acompañaba.
Subió a su habitación, cerrando la puerta con un golpe sordo detrás de ella. Se aseguró de que las ventanas estuvieran bien cerradas, y al apagar las luces, la oscuridad se adueñó del espacio.
Se dejó caer en la cama, el peso de la preocupación presionando sobre su pecho. Las lágrimas comenzaron a fluir, y su mente se llenó de imágenes inquietantes. No podía dejar de pensar en Casey, en cómo su vida había terminado tan trágicamente, como si todo lo que había conocido se desmoronara en un instante. Esa realidad era demasiado dolorosa para soportar, y la idea de que algo similar pudiera sucederle a ella la aterraba.
Pensar en eso la llevó de inmediato a recordar a su madre, la dolorosa historia que había marcado su infancia. Se sentía atrapada en un ciclo de miedo y tristeza, como si la sombra del pasado amenazara con repetirse.
—No quiero que me pase lo mismo... —susurró entre sollozos, sintiendo que la angustia la ahogaba. La soledad de su habitación no hacía más que amplificar sus temores, y el eco de su madre resonaba en su mente, recordándole lo frágil que era la vida.
Evadne se envolvió en su manta, buscando consuelo en la oscuridad mientras las lágrimas continuaban fluyendo, sin poder contener el torrente de emociones que la abrumaban.
Evadne se quedó acurrucada en su cama, envuelta en la manta como si pudiera protegerse de la realidad que la rodeaba. Las lágrimas siguieron cayendo, y su mente se debatía entre el miedo y la tristeza. Ni siquiera pensó en salir de su habitación para buscar a su hermano o compartir un momento con él. La angustia que la consumía era demasiado intensa, y la idea de enfrentar el mundo exterior le parecía abrumadora.
