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Finalmente era hora del almuerzo, todos salían de sus aulas corriendo y empujando a quiénes se interpusiera en sus caminos

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Finalmente era hora del almuerzo, todos salían de sus aulas corriendo y empujando a quiénes se interpusiera en sus caminos.

Felix no, el salia de su salon, con toda la tranquilidad del mundo.

—Y... ¿Que vas a almorzar?— pregunto, un chico bajo y de cuerpo ancho.

—No lo se, no tengo hambre...— Paso una mano sobre sus rubia cabellera. Anteriormente había ingerido algunos postres, por lo que, el hambre no le preocupaba en lo absoluto.

—¿Volviste a comer muchos postres? Te he dicho muchas veces que no es nada saludable, Felix.
El bajo volvió a hablar, un tono serio saliendo junto con su voz.

El rubio rio.

—Lo sé, Changbin. Lo se. Pero es algo inevitable, tomando en cuenta que, es parte de mi carrera. Si no probamos los postres, no sabremos que mejorar y que no.
El rubio alzo los hombros tenuemente mientras miraba al más bajo.

El de cuerpo ancho rodó los ojos.

—Eso ya lo sé, Felix. Lo que trato de decir, es que, no puedes solo comer eso por el resto del día.— Posó sus manos sobre los hombros del rubio, sacudiendolos suavemente. —Bueno, vayamos a la cafetería, muero de hambre.
Lo ultimo salio con un tono un tanto dramático. Soltó los hombros del otro y comenzó a caminar hacia la cafetería.

El rubio lo observó irse por un momento, luego lo siguió rápidamente, una sonrisa divertida formándose en su rostro.

Al llegar, Felix se sentó en una mesa vacía que se encontraba en la inmensa cafetería, mientras esperaba a que el más bajo, llegara con su comida.

Alguien mas se le unió al rubio.

—¡Hey, Felix!— El individuo se sentó al lado de Felix, abrazando los hombros de este.

—Hola, Han.— Felix sentía cierta incomodidad cada que, aquel chico, se le acercaba tan bruscamente, pues, apenas se conocían, y a pesar de que, bueno, Felix era popular, le costaba socializar.

—Vamos, ¿por qué tan serio? ¿No te agrado?

Antes de que el chico de mejillas regordetas pudiera continuar, fue interrumpido por otro chico.

—Déjalo, Han. Es obvio que lo pusiste incómodo.
Este dirigió su mirada hacia al rubio, sentándose frente a el. —¿Que tal, Felix?

El de mejillas regordetas, rodó los ojos y movió su brazo de los hombros de el rubio.

—Todo bien, Minho. ¿Como te ha ido en tus primeras semanas en la carrera de baile? Oí que el profesor es bastante estricto.

Felix y Minho eran amigos de hace algunos años, ambos se conocieron en la secundaria, cuando fueron llamados a dirección, porque, un chico que siempre los molestaba individualmente, dijo que lo habían golpeado, siendo esto, una completa mentira.

𝘔𝘶𝘴𝘦   || @Hyunlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora