8 de agosto
Creo que acabaré con la vida masculina en el planeta, estoy harta de que los muy machos se pasen de la raya.
Ayer, fui a una discoteca para despejar un poco la mente, como no, se me acercaron los desesperados, y un tío mas o menos guapillo, creo que ese fue mi error. Suponer. Es guapo, me lo tiro y adiós si te he visto no me acuerdo. Llega el muy parado y me abraza.
-hola! Nena, veo que no paras de mirarme y creo que era mi obligación no dejarte a medias - y puso la cara de idiota que todos los tíos ponen cuando necesitan follar.- ¿Cómo te llamas?
-Se me olvida para gente como tú
-¿Como yo? ¿Extremadamente sexy?
-Mas bien extremadamente gilipollas.
-Ey, relaja amiga.
-Yo no soy la que viene aquí con esas intenciones
-Bueno, ¿que es? ¿no te gusta follar?
-Con animalitos no.
9 de agosto
Hoy estoy hecha polvo.
Está mañana recibí una llamada de mi tía. Era muy urgente. Como estaba tocando en el metro, me subí rápidamente, pero no compre billete.
-Su ticket porfavor. - dijo un señor muy alto y corpulento
-Esto...em...ah...bueno pues...creo que lo perdí. -mentí
-Pues tiene que abandonar el metro y acompañarme a la sala para gente como usted.
Yo cada vez estaba mas nerviosa, mi tía me había gritado, literalmente, por el teléfono que llegará lo antes posible.
-Señor, tiene que dejarme salir. Mi tía me ha llamado, seguro que es algo importante.- dije, ya casi con los ojos rayados- Enserio, lea las conversaciones.- le di mi teléfono.
-Que sea la ultima vez que te veo por el metro.
-De acuerdo, muchísimas gracias.-salí corriendo, había llegado a mi parada, subí las escaleras de tres en tres y corrí.
Toque el timbre ochocientas mil veces. No respondió.
-Tía! - me asome a la calle, mirando hacia el balcón y chille muchas veces seguidas.
Entonces se abrió la puerta.
Mas escaleras.
-Menos mal que has venido...empieza un tiempo de cambios...