capítulo 5: Semilla de la esperanza

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Los ojos marrones del entrenador de Kanto brillaron bajo la luz del sol como nunca antes lo habían hecho, su mirada llena de determinación solo ansiaban una cosa y esa era la victoria.

El Pokemon planta acomodo la rama de su boca, aquella personalidad confiada, aquella aura de ser el Pokemon que destacó durante el viaje de ketchum por Hoenn, se notaba en cosas infimas como en su forma de mirar, un Pokemon que imponía tan solo con estar presente en el campo de batalla.

Suicune por su parte, miraba al tipo planta con superioridad, ser uno de los bendecidos con la vida por Ho-oh lo hacía estar en una de los rangos más altos en esta cadena de poder, sin embargo, el Pokémon frente a sus ojos no mostraba ni el más mínimo temor o preocupación, es más en sus ojos el Pokemon agua podía leer la sed de victoria de su entrenador y de aquel Pokémon.

-Moltres, Suicune, Entei y también Darkrai...demonios quien es este entrenador- Brook diría frustrado ante la situación mostrando pinceladas de sospechas sobre el chico.

-Tener tantos Pokemon legendarios, míticos o singulares es realmente aterrador- Mencionaría Dawn sin apartar la vista del chico

-Eso no es lo que me preocupa, lo importante es como consiguió tantos de ellos, es muy raro encontrar uno, como para tener 4 de ellos y tan obedientes, ese Tobías no puede ser Trigo limpió- Sentencia brook

-No crees que quizás te estás dejando llevar por ser el rival de Ash, quizás es un entrenador prodigio...- Refutó la chica con algo de dudas

Hubo un momento donde se formó un silencio incómodo, el líder de gimnasio buscaba las palabras adecuadas para contestar las palabras de su amiga.

-Que sea amigo de Ash no tiene nada que ver con esto, la relación entre él y yo es diferente, va más allá de ser amigos, somos como hermanos, lo he cuidado, aconsejado y hasta lo he visto crecer como entrenador y persona, como inicio en Kanto y hasta donde ha llegado ahora, te sorprendería todo lo que ha cambiado- Explicaría el maestro en tipo roca.

La atención de la chica se desviaría a su contrario, por primera vez lo escuchaba hablar con tanta frustración, podía notar la impotencia que sentía su compañero, en parte le daba la razón, Tobías es alguien sospechoso, salió de la nada con tantos Pokemon únicos, pero eso solo era la punta del iceberg, debe ser duro para brook ver como a su mejor amigo, que es como su hermano pequeño en una situación tan complicada, en unas semifinales y que se le pueda escapar por alguien que no tiene la mitad de experiencia que Ash o qué su forma de combatir sea luchar únicamente confiando en el poder bruto sin estrategia, Dawn podía llegar a entender esa parte de Brook, pero por su cabeza no pasaba que su enamorado perdiese este duelo, ella confiaba plenamente en las capacidades de Satoshi.

En Galar la situación no era muy diferente, el campeón del mundo sentiría un sentimiento parecido, podía llegar a ponerse en los zapatos del chico, llegar a unas semifinales y que de pronto salga un entrenador con esos Pokémon podría llegar ser frustrante, en peores casos hasta desmotivante.

-Cynthia quien es él, con tantos Pokémon así, los líderes de gimnasio o la propia liga Pokemon debieron avisarte, es algo sospechoso- Aunque claramente era una pequeña rabieta, en el fondo era muy dudoso de donde había conseguido tales bestias de combate.

-Toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario, el agente de la policía secreta, Handosome, está investigando pero nada nuevo- Contestaría con suavidad mientras degustaba su café negro.

-No me parece justo que alguien así participe en una liga regional hasta que se demuestre la legalidad de esos Pokémon- Contestaría Lionel.

-Nunca pensé ver al gran Lionel, defendiendo a capa y espada a un joven que no conoce, no puedo negar que es igual de frustrante, realmente pienso en Ash como un digno sucesor para el trono del campeón de Sinnoh, pero ese es su rival y no puedo hacer nada...además no creo que a él le importe mucho la clase de Pokemon que use- Reiría señalando la televisión donde se había enfocado la sonrisa confiada del entrenador de Kanto.

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