Nueva vida

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A las 6 de la mañana S ya estaba listo y esperando en la entrada al vehículo de transporte que lo llevaría a su nuevo hogar. El transporte llego a las 6:01, se detuvo frente a S y espero a que se subiera.

Luego de que S subiera no perdieron más el tiempo y se fueron directo a la base una vez ahí lo llevaron directo al entrenamiento básico, el joven era bueno físicamente pero poco a poco los superiores se percataron de que S evitaba mucho el sol, hasta que un día pasados 4 meses llamaron a S a la oficina del comandante, S sabía que algo estaba mal y que notaron el cómo evitaba el sol, ya que entraron a la oficina S tomo asiento y mirando al comandante pregunto

-¿Hay algún problema, señor?- mientras miraba nervioso alrededor de la oficina decorada de varias medallas y posters además de varios papeles en cuadros colgados en la pared.

El comandante le entrego una capeta medica -Tu condición en la piel es un obstáculo para que estés aquí, los soldados así son expulsados del ejercito- Dijo el comandante de forma directa y sin titubeos, S ya sabía lo que seguía; expulsión, pero se llevó una sorpresa al escuchar que el comandante hablo de nuevo -Escucha chico, normalmente serias expulsado, pero hay manera de que sigas en el ejército, durante hace unos meses se exploró la posibilidad para usar las "piedras milagro" como armas, si aceptas ser un voluntario serás transferido con la comandante Gloria- S no sabía de quien hablaba el comandante nunca escucho de Gloria, pero sin aviso Gloria entro a la oficina, se presentó y le entrego unos papeles a S -Si firmas estos papeles seguirías en el ejército y te iras conmigo de inmediato- Gloria miro a S fijamente, hablaba en serio y S solo le quedo firmar los papeles, pues era alérgico al sol "erupción polimorfa lumínica" que aunque no muy difícil de tratar si era tedioso y doloroso si no lo atendía todos los días después de entrenar. -Está bien- Dijo S mientras tomaba los papeles y los firmaba sin leer.

-Normalmente la gente lee antes de firmar algo- Exclamo Gloria ante la acción de S.

-No se preocupe, no tengo nada que perder o nadie que me extrañe, no pienso salir del ejército- Contesto S, mientras entregaba los papeles a Gloria.

Gloria esbozo una media sonrisa y ordeno a S ponerse de pie y seguirla hasta su vehículo, S obedeció y en cuestión de segundos el auto se levantó del suelo y empezó a volar.

Después de una hora y media de silencio S por fin hablo

-Tengo claro que son experimentos, pero ¿Por qué yo? Mi condición en la piel no me hace buen candidato- Gloria suspiro ante la pregunta y luego soltó una leve sonrisa.

-Las "piedras milagro normalmente sueltan radiación, pero los científicos lograron aislar la parte buena y esa pequeña parte ayuda a los enfermos, como tú, ahora no me preguntes el cómo, porque eso no tiene sentido para mí, pero si funciona te podría curar a ti o a otras enfermedades más feas.- dicho esto gloria empezó a descender bruscamente de las nubes, S agarrándose de donde podía y temiendo de su vida, logro mirar por la ventana un paisaje hermoso, montañas, bosques, lagos y ríos, todo verde hasta donde la vista alcanzaba. -Esto es hermoso- dijo S después de recuperar el aliento. -Lo sé- Dijo Gloria orgullosa -Yo misma escogí este lugar por lo apartado y hermoso que es-

-Buena elección- respondió S que solo pudo mirar el paisaje unos minutos antes de aterrizar con la suavidad con la que cae una pluma.

-¡Llegamos! Bienvenido a tu nuevo hogar, antes de empezar y de saber si eres realmente apto para estar aquí debemos saber si algún "milagro" te adopta- Gloria bajo del auto y espero a S el cual no tenía idea de a que se refería Gloria con "ser adoptado por un milagro" pero a pesar de sus dudad, el chico se bajó del auto para seguir a su nueva comandante, S no notó que gloria se notaba en forma, fuerte y atlética, seguramente más que él, eso lo intimidaba un poco, pero a la vez le sentía seguro así que la siguió hasta cruzar una puerta para encontrarse con varios científicos, los cuales lo llevaron atreves de pasillos largos que conectaban con puertas de metal con números en el centro, algunas tenían colores, pero no sabía para que eran, caminaron hasta que llegaron a una puerta doble la cual abrieron, mostrando su interior oscuro y sin luz, sin mediar palabra, Gloria empujo a S levemente para que entre, y S así lo hizo. -¿Y ahora qué hago?- pregunto S en voz alta adentrándose a la oscuridad del cuarto, de repente miro destellar una pequeña luz, la luz emanaba de una de las esquinas del cuarto oscuro. S curioso se empezó a acercar. Mientras más se acercaba, más intensa era la luz, una vez a unos cuantos pasos la luz empezó a tornarse de color azul, esta luz emanaba de una pequeña piedra del tamaño del pulo de S que se encontraba en el suelo, una vez S la levanto, la sala se ilumino por completo, y los científicos por fin hablaron. –Felicidades, el "milagro" te escogió. Puedes formar parte de este experimento- Una vez dicho esto los científicos lo llevaron a su habitación, la cual era uno de los cuartos que había visto en uno de los pasillos que había recorrido antes mientras seguía a los científicos, una vez ya en privado, S empezó a jugar con el pedazo de piedra.

- Nunca había visto una del tamaño de mi puño- Exclamo para sí mismo, mientras jugaba a aventarla hacia arriba para luego atraparla, en uno de esos jugueteos consiguió hacer algo que le asusto un poco: creo un proyectil de hielo, delgado pero rápido que al impactar la pared, se hizo pedazos y se evaporo tal y como apareció de la NADA. S sorprendido dejo de lado la piedra y se fue a dormir tratando de no pensar en lo que acababa de pasar.

A la mañana siguiente S escucho la alarma y decidió ponerse el uniforme para prepararse para salir en cuanto abrieran la puerta que estaba cerrada con seguro por fuera.

Mientras esperaba recogió la piedra y decidió intentar lo que había logrado la noche anterior, manifestar al menos un pequeño pedazo de hielo, pero no lo logro.

-Maldita sea, ¿Qué habrá sido aquello de anoche?- se preguntó a si mismo mientras miraba el milagro que tenía en las manos, mientras lo observaba se percató aún más del color que tenía dicho milagro, se volvió azul casi por completo, lo cual era curioso pues azul es su color favorito.

"Todo el mundo al patio"

Escucho desde los altavoces que había en su cuarto, mientras al mismo tiempo se abrían las puertas para dejarlos salir, una vez abierta la puerta S se asomó y vio a varias personas dándole la espalda, estas personas se dirigían al patio, por lo que el decidió hacer lo mismo. Una vez afuera S encontró a Gloria y a otros 20 soldados que al parecer estaban por la misma razón que él. Al asomarse al patio S se percató de la falta de sombra, esto lo hizo dudar:

-(debería fingir que estoy enfermo para no ir...)- pensó, indeciso de si dejar que el sol lo toque o no...

Los milagros del EdénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora