• my strange addiction | 02 !¡

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• Pt 2 •
• + 18 •
¡ warning !

—¿Disculpe?.—Dije atónita mirando sus enormes manos girar el picaporte y presionar el botón de seguridad.

—¿Aún no lo entiendes?, vamos a hablar sobre aquella "extraña adicción".—Volteó a verme, aun serio, desinteresado y fastidiado, eso reflejaba su expresión, pero no sus palabras.

—O-oh, usted escuchó eso.—Me rasque la nuca en señal de nerviosismo, mis ojos se desviaron de un lado a otro sin mirarlo a el, me estaba muriendo de pena.

—Así es, ¿porqué?, ¿vergüenza?..—Se paro frente a mí y me obligo a verlo, su mano aparto un mechón de cabello y lentamente levantó mi mentón.

—E-eh, yo, yo.—Tartamudee sintiendo el cálido tacto de su piel en la mía, dios mío este hombre me tenía mojando mis bragas con tan solo tocar mi rostro.

—¿Alguna palabra más?, antes de que te folle en el escritorio.—Su dedo pulgar se introdujo lentamente en mi boca, haciendo fricción con mis dientes.

Me quede en silencio por un segundo, se sentía como un puto sueño del que quería despertar lo mas pronto posible, miraba hacía otro lado insegura de lo que estaba a punto de hacer, hasta que finalmente, tome el valor de mirarlo a los ojos y hablar.

—Ninguna.—Abrí mi cavidad bucal dejando entrar su dedo, y logré apreciar como una media sonrisa se formaba en su rostro, si, estaba jodida.

—Muy bien, porque estoy ansioso de hacerte gemir mi nombre.—Quitó su dedo de mi boca y me recargó en el escritorio sujetando mi cadera.

—¿Porque estas tan nerviosa?.—Sujetó mi rostro con su enorme mano mientras me miraba a los ojos, en realidad no sabía con exactitud del porque mi nerviosismo, si era porque estaba a punto de literalmente follar con mi profesor o el hecho de hacerlo en mi salón de clases.

—¿Y-yo?, no lo se.—Baje la mirada.

—Hey, no tenemos que hacerlo si no quieres.—Me hizo verle nuevamente a los ojos, su voz había cambiado, estaba preocupado al parecer.

Me quedé en silencio nuevamente, analizando la situación, dejando de fingir y también dejando de lado todos los pensamientos intrusivos que rodeaban mi mente, me di cuenta que, en realidad, quería lo que el quería.

—Entonces hazlo.—Respondí sin más, levantó sus cejas, sonrió de lado y una pequeña carcajada se escabulló de sus labios.

—Estas jugando con fuego, y vas a quemarte.—Y antes de que lograra pronunciar una palabra, sus labios ya estaban besándome sin cuidado alguno, aquellas dos manos se colocaron en mi cintura mientras se deslizaban cautelosamente dentro de mi blusa.

—Necesito comprobarlo.—Dije mediante el beso y en respuesta recibí un apretón en mi glúteo,no me di cuenta del momento en el que su mano paso de estar en mi cintura a mi trasero.

—Profesor.—Envolví su cuello con mis brazos suspirando por el nuevo tacto de sus labios bajando lentamente hacia mi cuello, contesto con un "¿hm?", sin dejar atrás su acción.

—Yo, lo necesito.—Levantó su rostro, observó mis labios y después mis ojos, sin decir una palabra y en medio de una sonrisa, cortó nuevamente la delgada linea entre nosotros, algo se había encendido.

Quitó mi blusa dejando al descubierto mi torso desnudo, mientras su lengua envolvía la mía sin decencia alguna, sus ágiles dedos se encontraban desabrochando desde atrás mi sujetador, rápidamente una ola de calor nos invadió a ambos.

Sus fuertes y musculosos brazos me cargaron, pegándome a el mientras se dirigía a la silla en la cual tomó asiento aún conmigo encima, yo estaba demasiado entretenida como para prestarle atención a otra cosa que no fuera el.

Sentí dos grandes manos recorrer y sobar mi trasero, apretándolo en repetidas ocasiones, mis pechos se liberaron del sostén sintiendo frió al instante de no tenerlo puesto, Nick se separó un momento para apreciarlos y deshacerse por completo de el.

Sin pronunciar más que un pequeño e inaudible "oh dios" y con un creciente bulto en sus pantalones, comenzó a besarme desesperadamente mientras una de sus manos estrujaba uno de mis pechos, mis gemidos se podían escuchar en todo el salón.

Mi cadera comenzó a moverse en un vaivén frenético frotándome contra su ya mencionada erección, podía sentir como su corazón latía a mil por segundo y como el calor se le subía a la cabeza, así que le ayude a sacarse esa molesta camisa.

Sin mas preámbulos, mientras nuestros ojos se miraban mutuamente sin dejar nuestras previas acciones, baje mi mano y con ella el cierre de su pantalón, dejando expuesto su miembro aún oculto por su boxer, lo tome y comencé a mover mi mano de abajo a arriba.

Sus suspiros fueron como música para mis oídos, por un momento, se separo de mi y me hizo verle, tenía el ceño fruncido, la boca entre abierta, el cabello desordenado, y unas cuantas gotas de sudor bajaban por su frente.

—Por favor.—Susurró suplicante—Por favor, necesito hacerte mía.—Note como su erección incrementaba y sus pupilas se dilataban, el ya era mío.


—¿Dios mío, entonces eso fue lo que pasó?.—Adisson abrió los ojos como un par de platos y tomó mis dos manos apretándolas.

—¡Shhh!, hablas demasiado fuerte Adi.—Con mi dedo indice hice una seña de guardar silencio.

—Pfff, no lo puedo creer, follarte al profesor era tu extraña adicción.—Bajó su cabeza mientras negaba y reía, yo solamente me limite a sonrojarme.

—Señoritas, ¿porque no se han retirado?.

—Esta bien Clara, nos vemos en el concierto mañana.—Se levantó, tomo sus cosas y se fue el salón, dejándome a solas con Nicholas.

—Nos vemos mañana profesor.—Tímidamente me despedí caminando hacia la puerta, mirándolo de reojo.

—Espere, señorita Miller.—Sus palabras me detuvieron al instante.

—Sus agujetas, estás desatadas.—Me miró con una sonrisa.—¿Necesita ayuda para atarlas?.—Yo solamente solté una pequeña risita y asentí, cerrando la puerta, con seguro.

Book of glory | Nicholas ChavezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora