• Stress | !¡

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¡Maldito examen de mierda!.—Me dispare hacia atrás en mi silla de escritorio, me encontraba realizando un examen de matemáticas de mi universidad, pero sinceramente me sentía muy frustrada como para acabarlo, aún así me negaba a apagar mi laptop y perder esos puntos extras.

—¿Que sucede linda?.—Entró Nicholas a mi habitación, estaba cocinando la cena para ambos pero mi grito de frustración lo hizo entrar rápidamente quitando su mantel de cocina y arrojándolo a mi pequeño sofá.

—Nicholas, mi bello, bello y lindo Nicholas.—Levante mi cabeza del escritorio mirándolo con ojos de perrito, se adentró a la recamara y fue hacía mi, abrazándome por detrás, alzó mi rostro al suyo plante un pequeño beso en sus labios.

—Owww, que linda, pero no haré tu examen.—Me voltee cabizbaja e indignada, ocultando mi rostro en mis brazos cruzados encima del escritorio, el simplemente soltó una sonora carcajada al ver mi acción.

—Lo lamento cariño, pero, eres inteligente, sabes que puedes con esto y mucho más.—Despeino mi cabello mirando la pantalla de mi laptop.

—No Nick, no puedo con esto ni con más.—Lo mire en un semblante serio pero divertido, y volví a mi anterior posición.

—Mh, creo que tengo una idea.—Rodeó la silla y me pidió que me levantara, al hacerlo me quede parada unos segundos mientras lo miraba confundida.

—Ven aquí.—Palmeo su regazo indicándome que tome asiento, lo hice sin pensarlo dos veces y volví a posar mis ojos en las molestas preguntas del examen.

—Nick, no creo poder continuar.—Suspire rendida, el castaño continuó riendo, pero yo estaba hablando enserio, incluso me sentía avergonzada de no comprender unas estúpidas preguntas.

—No te preocupes linda, te ayudaré a terminar.—Deslizó sobre mi blusa sus dos enormes manos  en el trayecto, exaltada por el frío tacto di un pequeño salto encima de el, creo que esto no iba por un buen camino.

Mas que ayudarme, estaba desconcentrándome, no se como pensó que esto podría solucionar algo al respecto de mi examen, aunque, para ser honesta, me estaba ayudando a lidiar con mi estrés.

Supuse que quería un poco de diversión al igual que yo, así que tome sus dedos y los dirigí a mis pezones, aplastándolos y pellizcándolos una y otra vez, pero el rápidamente los alejó, dejándome confundida al instante.

—No, no, no, concéntrate en el examen.—Me ordenó y la confusión inundó mi mente, ¿que quiere hacer exactamente?, si quiere follar sabe perfectamente que yo también, si quiere que termine el examen, mhhh, lo intentaré.

Devolví mis orbes a la pantalla, analizando la información y recibiéndola fuerte y claro en mis adentros, ya casi terminaba de leer completamente la pregunta, pero nuevamente unas manitas estaban haciendo de las suyas, esta vez desabrochando mi sostén desde atrás.

—Alexander, ¿Que crees que haces?.—Lo mire de reojo, antes de que volteara completamente mi visa su gran mano tomo mi rostro y la volteó a mi laptop.

—¿No escuchaste?, mantente concentrada.—Esta faceta de el, siendo dominante, dándome órdenes y haciéndose el rudo, simplemente hacía mojar mis bragas, sabía perfectamente que todo esto no terminaría de la forma mas decente que digamos.

Trague fuerte y releí la pregunta intentando buscar algún significado tan siquiera, estaba frunciendo el ceño y jadeando bajo, mi sujetador cayó y Nick lanzó lejos, tomando enseguida mis senos, apretándolos suavemente,
en verdad estaba perdiendo la cordura.

Me quejé por el frió de sus dedos, pero poco le importo, dirigió su cabeza a mi cuello, y comenzó plantar pequeños besos sobre el, a decir verdad me daba un poco de cosquillas, la sensibilidad en esa zona es muy grande, y el lo sabía perfectamente, sus manos aplastaron mis senos y los besos se intensificaron aun sobre mi cuello.

Un gemido se arrebato de mi boca y rápidamente la cubrí con mi mano, a este punto ignorar a mi novio y poner mi total atención en el examen sería ilógico, además, como no poner atención a ese gran bulto creciente en su entrepierna, estaba loco si creía que terminaría mi examen esta noche.

Me recargue en su pecho, finalmente besándolo necesitadamente, aún con sus manos dentro de mi blusa, quito esta dejando mis pechos al aire y separándonos por un segundo a ambos, voluntariamente gire mi cuerpo hacia él, abrazándolo por el cuello en un beso lujurioso.

—Oh mierda, al carajo el maldito examen.—Sentenció parándose de la silla, cargándome desde los muslos y caminando en dirección a mi cama, aventándome en esta, se quitó rápidamente su camisa dejándome ver su cuerpo muy bien trabajado.

Se lanzó sobre mi haciendo rechinar la cama fuertemente, estaba concentrado en mis senos, los chupaba como si no hubiera un mañana, mordiendo mi pezon ligeramente causo que me retorciera debajo de el, en la misma posición baje mis pantalones dejando puesta mi ropa interior mientras me frotaba contra su erección difícilmente.

El lo noto y al igual que yo, desabrocho su cinturón y bajo su pantalón junto a su boxer, dejando su miembro al descubierto, me miró a los ojos para analizar cada y una de mis expresiones, y yo solo podía verlo suplicante, jadeando silenciosamente una tras otra vez.

Deslizó delicadamente mi ropa interior hacía un lado, y comenzó a entrar lentamente, ya estaba suficientemente mojada como para necesitar lubricación, entre mas entraba, mas enterraba mis uñas en su espalda, Nicholas era un hombre muy grande en ese aspecto para ser honesta.

Hundió su rostro en mi clavícula besándola lentamente mientras poco a poco entraba y salía de mi, me limite a cerrar mis ojos y arañar su espalda fuertemente, de pronto pase de soltar jadeos a fuertes gemidos, el sonido de la cama rechinar contra el suelo combinando con el lascivo sonido de nuestros cuerpos chocar inundó mi recamara.

Trate de gemir su nombre pero las palabras se frenaban de mi boca en cada estocada, deje de abrazarlo y se levantó un poco, haciendo que su cadena choque contra mi rostro, alcé  mi mirada y lo observé, gotas de sudor recorriendo su frente y sus ojos clavados en mis pechos subiendo y bajando.

Comenzó a hacerlo mucho mas fuerte, obligándome a verlo a el y a todo el espectáculo debajo de nosotros, levanto mi pierna como si de una pluma se tratase y la posiciono en su hombro, facilitando la posición, desde mi punto de vista se veía tan excitante, su abdomen marcado acercándose y alejándose de mi, sus grandes y enormes brazos tomando distintas partes de mi cuerpo fuertemente y sin cuidado, y sobre todo su rostro, el que reflejaba todo lo que sentía al instante y también el mas atractivo que he visto.

Después de un largo rato de hacer rechinar mi cama, ambos quedamos totalmente exhaustos, decidimos descansar un poco debajo de mis sabanas en completa tranquilidad, hasta que Nick recordó; "Oh no, la cena"

Book of glory | Nicholas ChavezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora