Una Propuesta Laboral • Yoonmin •

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Capitulo 1

(...)

Estaba tranquilamente sentado en mi incómoda silla de oficina trabajando arduamente, allí es cuando mi teléfono comienza a vibrar de forma descontrolada, sin ver el número atiendo aquella llamada.

— ¿Sí?

Hablé y escuché su ronca voz del otro lado.

— Yo... ¡¿Qué es lo que acaba de decir?!

¿Acaso se había enfermado lo suficientemente como para decir cosas como éstas?

— Cásate conmigo — Me susurró.

Me levanté agitado de mi silla y golpeé una de mis manos contra el escritorio. Logrando que algunos se voltearan a verme.

— ¿Ca...Casarme...?

— Señor Park ¿Qué pasa? ¿Se encuentra bien? Hay demasiada conmoción.

— No pasa nada — Solté — Por favor espere un minuto.

Salí corriendo de la oficina algo asustado de que alguien puediera escuchar aquella ronca voz bien conocida en esos ambientes. Abrí la puerta blanca para salir del lugar y continué con la charla.

— Así que... usted está a diciendo... — Lamo mis belfos y los aprieto un poco con mis dientes — ¿Ca... Casarnos...? ¿Eso el lo que dijo?

— Así es, cásate conmigo — Suspiró y siguió hablando — ¿Cuántas veces tengo que repetirlo?

Toqué desesperado el botón del ascensor, pensando en ir a la azotea y hablar con más calma allí, ya que nadie iba a esos lares.

— Ahahah, Entonces está diciendo que quiere casarse —  Con la respiración acelerada logro contestar — Sigue siendo sorprendente, no importa cuántas veces lo escuche.

Me subí al ascensor y di giros con ansiedad — Su llamada tan de repente me avergonzó, en la que me pide que me case con usted. Simplemente no creo que sea apropiado hablar de ésto por telefono — Continué hablando — ¡Ésto es una propuesta de matrimonio!

No es algo que se pudiera decidir fácilmente pero con éste hombre, era complicado.

— Entonces veámonos y hablemos — Dijo en tono bajo.

— Sí, sí — Asentí con la cabeza, hasta que pensé bien — ¿Qué? ¡No, no! Así está bien.

Escuché un bajo "¿Sí?" que me dejó mudo.

— ¡Sí, así está bien.

De repente oigo por el teléfono el ruido de una puerta abriéndose, así que me apresuro a contestar.

— Lo que estoy tratando de decir es que rechazo completamente su propuesta — Hablo decidido — Pretenderé que ésto nunca sucedió, no quiero casarme — Solté.

— Si ese es el caso, entonces... ¿Por qué se presentó ayer?

— Oh eso, es... — No sabía que decir — Simplemente porque...

Su firme voz me hace callar y de repente sentí un escalofrío en toda mi columna vertebral.

— ¿Simplemente por qué? — Mierda, se oía molesto.