JeongGuk yacía dormido en el sofá. Cayó rendido luego de llorar por casi media hora en los brazos de TaeHyung. Lloró tanto que su energía se drenó y sus ojos terminaron tan hinchados como dos pelotas, al igual que sus labios y su nariz.
TaeHyung lo observaba en silencio, pero el silencio sólo estaba afuera, porque en su cabeza, el azabache rogaba por que ese haya sido la última crisis de su esposo y que pudiera comenzar a perdonarse por haber perdido a su hijo.
Lo observó por casi una hora. La masa de galletas se había quedado en el bowl pero eso no le importaba siquiera un poco, todo lo que podía ver y pensar era JeongGuk, quien lucía tan en paz dormido. De vez en cuando suspiraba entre sueños y su delgado cuerpo se sacudía un poco en pequeños espasmos post llanto. TaeHyung no pudo evitar sonreír tenuemente ante la vista de él, y casi fue automático cuando una de sus manos viajó hasta el cabello del más joven para acariciarlo con toda la delicadeza que le fue posible.
Se había hecho de noche y el moreno no se molestó en encender las luces, lo único que iluminaba la sala era la lámpara en una de las esquinas, fuera de eso, toda la casa se hallaba en penumbras, pero JeongGuk parecía un imán que mantenía a TaeHyung cerca de él, muy cerca como para dejarlo ponerse de pie.
Repentinamente, ante la vista de su esposo profundamente dormido en el sofá, TaeHyung tuvo un deja vu.
La madrugada en la que partió al ejército.
Esa noche no pegó un solo ojo, se quedó mirando al techo por una hora, sintiéndose como un imbécil, como un estúpido monstruo despreciable, incapaz de siquiera girar la cabeza para mirar a JeongGuk, quien ahora ya no era un lienzo en blanco.
TaeHyung se había corrido dos veces, y JeongGuk tres.
JeongGuk había llorado mucho antes de poder comenzar a gemir de placer, y eso avivó la urgencia del moreno, quien no se detuvo hasta que el más joven se desplomó completamente drenado en sus brazos.
Tal vez había sido demasiado, tal vez cruzó la línea por mucho, pero al pensar en que debía irse por la mañana y no volver durante dos años, le hacía doler el pecho y unas ganas inmensas de abrazar a JeongGuk y no soltarlo jamás le quitaban el raciocinio.
Se armó de valor y se giró para ver a su esposo, boca abajo, completamente dormido, respirando pacíficamente y cubierto de sus marcas. Decenas de ellas.
La voz de JeongGuk afectada por el dolor y el placer volvía a su cabeza y resonaba en cada rincón, provocando una insoportable contradicción en su moral ¿Se arrepentía o no? No podía deducirlo, y cuando menos lo esperó, ya había atraído a JeongGuk a su pecho en un cálido abrazo que mediocre y paradójicamente pretendía protegerlo y guardarlo.
Pero no servía de nada, porque aunque odiara pensarlo, ya le había hecho daño, y porque sin importar lo fuerte que lo abrazara, en unas pocas horas se vería obligado a soltarlo y dejarlo solo por mucho tiempo.
TaeHyung lo apretó más contra su cuerpo, sintiendo arder los rasguños que JeongGuk hizo en su espalda momentos atrás. Lo observó fijamente, frunciendo el ceño ante la crueldad del futuro, y sin pensarlo demasiado, besó su frente, luego sus labios. Los besó muchas veces, probablemente más de doce, pero JeongGuk no despertó.
Estaba exhausto.
Y eso estaba bien, TaeHyung no se creía capaz de verlo a la cara luego de eso, y tampoco se creía capaz de despedirse.
Así que lo besó una vez más y lo mantuvo cerca de él, envuelto en sus brazos hasta que tuvo que marcharse.
El recuerdo se terminó cuando JeongGuk se movió un poco en el sofá, abriendo los ojos a la mitad sólo para encontrarse con la sala en penumbras y a la gran silueta de su marido frente a él.
ㅡ¿Te sientes mejor? ㅡpreguntó TaeHyung con un tono de voz bajo, inclinándose hacia JeongGuk instintivamente y encendiendo la lámpara a lado del sofá en el que el menor estaba.
JeongGuk se sentó y su cabeza dio vueltas... probablemente había llorado demasiado.
ㅡSí... ㅡcontestó con la voz ronca ㅡ... ¿dormí mucho? ㅡpreguntó tímidamente, mirando a TaeHyung con esos ojos grandes que ahora brillaban adormilados.
ㅡUn poco más de una hora. ㅡdijo, mirándolo con atención.
ㅡNo hice las galletas ㅡse reprochó, tratando de levantarse, pero antes de que pudiera hacerlo, TaeHyung puso una mano sobre su muslo, haciéndolo quedarse en su lugar y mirarlo con una mezcla de confusión y timidez.
ㅡPuedes hacerlas después.
ㅡHabía dicho que las haría hoy... ㅡinsistió JeongGuk, frunciendo el ceño suavemente y tal vez sin darse cuenta. La luz amarilla y cálida de la lámpara iluminaba su rostro y hacía resaltar sus ojos y labios hinchados tras haber dormido justo después de llorar.
TaeHyung quería convencerlo de olvidarse de las malditas galletas e irse a dormir, pero sabía que probablemente lo mejor para su esposo sería encontrar todo tipo de cosas con las cuales distraerse. Además, esos condenados ojos de venado que le estaba poniendo justo ahora...
TaeHyung suspiró y quitó su mano, haciendo a JeongGuk sentir frío. El chico se puso de pie y caminó directo a la cocina para retomar su tarea.
Y TaeHyung lo observó con atención y embelesamiento, sentado en el sofá.
ESTÁS LEYENDO
ᴍᴘʀᴇɢ|𝐌𝐚𝐭𝐫𝐢𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 𝐲 𝐠𝐮𝐞𝐫𝐫𝐚 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏ
FanfictionTras entregarse a su esposo en la noche de bodas, JeongGuk es abandonado por éste durante dos años debido a que su esposo debía ir a servir al ejército. Cuando lo ve regresar y entrar por esa puerta, se da cuenta que de aquel hombre que vio por últ...