• Prologo•

367 15 4
                                    

Sus ojos llenos de estrellas miraban a esa chica.
La veía entusiasmada, con ganas de verla siempre sonreír. Pero la veía siempre triste, y era porque de su resguardo no podía salir.
Decidió entrar a su casa, y a su corazón de paso; pidiendo permiso y siempre siendo educado.
Quiso hacerla feliz; pintar una sonrisa en su cara, así que cada noche y a primera hora del alba le daba un beso recostados en la cama.
Sus ojos llenos de lagrimas miraban al pálido cuerpo recostado en la cama; lamentaba lo que pasaba, gritando el nombre de su persona amada, sus llamados no eran acatados por esa chica que no despertaba.
Su llanto amargo retumbaba en esas gruesas paredes que lo rodeaban, negando todo lo que pasaba con lágrimas rodando por su triste y oscura cara.

Sus ojos oscuros observaban esa oscura caja de madera; sintiéndose culpable de todo aquello que ocurrió y ocurría.
Frías y tristes lágrimas rodaban por su cara, y triste no podría controlarlas debido a que estas se le escapaban de sus oscuros ojos sin rastro de lo que alguna vez.

Aturdido y cansado por lo que pasaba a su al rededor, se acercó a aquella caja para decir su último adiós.
Sus ojos ahora tristes miraron el cielo lleno de estrellas, extrañando cuando su mirada estaba adornada con estas. Recordó esa añorada niñez que tanto extrañaba, preguntándole a las estrellas "¿Por qué esto a mí me pasa?" Pero ya no sentía la necesidad de lamentarse. Si no que ahora veía el rostro de la persona que vio alejarse, porque ahora había entendido lo que le habían dicho; «El rostro de Fairly Gab verás en el cielo antes de caer dormido.»
Así que como él antes había prometido, todas las noches daba besos a esas estrellas en donde veía el rostro de su ser querido.
Felizmente, Roberto Cein no estaba solo.
Porque ahora su único y verdadero amor en las estrellas estaría cuidándolo desde estas.

Un beso antes de morir / GabertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora