El chico de las margaritas y el patito feo

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Esas semanas pasaron como horas, y justo ahora eran las 6:00 a.m del 29 de julio Y Roberto era una bolita de felicidad, que brincaba por todos lados y mostrando sus hermosos dientes de conejo.
- Humberto~ es muy temprano... duerme.
- ¡CUMPLEAÑOS! ¡ES MI CUMPLEAÑOS!
Feirly aún seguía dormitando pero se las arregló para levantar sus brazos, y Roberto corrió hacia ellos.
- Feliz cumpleañitos, Humbe.
Roberto se acurrucó en sus brazos calientes, el cuerpo de Feirly tenía una temperatura corporal perfecta a comparación del frío del hospital.
- Me está dando muuuucho sueñito.
- Duerm-...
— ¡¿DÓNDE ESTÁ LA CUMPLEAÑERA?! - Gritó Daarick entrando a la habitación con una sonrisa radiante.
- Daarick, con cuidado. - ¿Cómo amaneció mi bebé? Mi niño hermoso, bonito, pequeñito.
- Ya no soy pequeñito Daarick. Ya tengo siete años.— Dijo mostrando la cifra con sus dedos.
—¡Wow!, eres un niño muy grande ¿A qué sí, Fallo?
- Es verdad, Roberto ya es un chico grande.
- Bueno suficiente, Humberto  ven abrázame otra vez.- Reprochó Feirly con un puchero.
- Alguien está celosa~.- Susurró Daarick al oído de Fallo .
- Déjala~.
- Roberto, Fallo y yo te tenemos un pequeño regalo.
- Dos.- Corrigió.
- Bieeeen, dos regalos.
- Tres. - Corrigió Feirly.
- ¿Tú también me tienes un regalo, Gab?

- iSipi! Daarick y yo lo organizamos, Fallo y yo por separado organizamos otro, Fallo y Daarick organizaron uno ellos, y cada quien por separado hizo un regalo.
Roberto no hizo nada más que quedar impactado ante la situación. No se creía tantos regalos.
Pero entre todos esos el más importante... fue el
de Feirly.
- Empecemos por el nuestro... ¿Quieres los honores Fallo?
- Tú eres el que lleva su apellido.
- Pero tú eres el mayor.
- ¡Díganlo ya! - Gritó Feirly entre carcajadas.
- Bien... ambos al mismo tiempo.
- Bien...
- Roberto, tú sabes que... cuando salgas de aquí no tienes con quién quedarte.
- Y Daarick y yo te tomamos mucho cariño.
— Así que... desde hace el último mes estuvimos hablándolo. Y en las últimas semanas que no te cuidamos tanto como antes... fue porque estábamos haciendo un papeleo muy importante, ¡MUY! Importante para nosotros tres.

Feirly  ya sabía a dónde iba eso, y su cabeza giraba a todos lados posibles, sus ojos estaba moviéndose para todos lados y su respiración se agitaba cada vez más.
- Y lo único que necesitamos es que quieras, Roberto. Porque nosotros ya estamos en ese proceso.
-Y..
- Queríamos saber si...
— Quieres ser nuestro hijo.- Dijeron ambos al mismo tiempo.
- ¡NO! - Gritó Feirly con la cara roja y liberando lágrimas.
— ¿Qué?
— ¡HE DICHO QUE NO! Roberto es lo único que me queda en este lugar tan horrible. No lo voy a perder ahora porque ustedes quieren ser sus padres, yo no quiero perder a Humbertito por su culpa. Y-Yo sé que... Yo sé que... ustedes se lo van a llevar, se lo van a llevar muy lejos de mí y van a hacer que Roberto se olvide de mí, y que más nunca me vuelva a venir a ver, y más nunca en mi vida yo vaya a hablar con él. PORQUE SABEN QUE ME VOY A MORIR! Y Y QUE NO ME QUEDA TIEMPO PARA VIVIR LO SUFICIENTE.
- Gabo...
- No me vayas a dejar, por favor.- Rogaba agitado... a veces podía ser algo paranoica.
- Gabo, no... yo jamás te dejaría. Jamás.
Pero... yo me voy a ir en un mes.
- P-Pero.
- Piénsalo pequeñita... si Roberto no se va con nosotros... se lo van a llevar a un orfanato. Y más nunca va a volver a verte.
Lagrimitas salían por sus ojos y se aferró al cuerpo de Roberto.
- Gabo, tranquilo.— Dijo dando besitos en su cara.Feirly lentamente se fue tranquilizando, sintiendo las caricias de roberto en su espalda.-
Voy a ir con ustedes.— Los ojos de Daarick y de Fallo se iluminaron y abrazaron a los dos chicos.
- Feirly ... te prometemos que Roberto vendrá todos y cada uno de los días, te va a cuidar todo el día, y luego cuando sea de noche regresará a
la casa
- Bien... prométanlo con el menique.
Daarick  sacó su dedo meñique y lo enrolló con el dedo de su menor.
- Prometido.
Feirly lentamente se fue tranquilizando, y una pequeña sonrisa salió a la luz.
- Bien, ahora Feirly, dile tu regalo a Minho.
- Y-Yo.. quería que Roberto y yo... saliéramos hoy al jardín.
- ¿Quieren salir?
- Sí... es que, hace poquito vi que estaban poniendo algo.
- Bueno Feirly, pero una condición, siempre ten el tapabocas puesto. Ni se te ocurra quitártelo, en el jardín hay mucho polvo, y polén, y enfermedades y otras cosas. Y no podemos tomar el riesgo.
- Sipi.

- Bueno... entonces tienen que limpiarse, vengan aquí.

Roberto y Feirly tomaron un pequeño baño, por lo general en el hospital esos baños se toman en la camilla.
Ambos chicos estaban de pie, mientras Gab se ponía un tapabocas kn95, Roberto la observaba con atención. Y por si acaso se llevó un inhalador, el cual no calmaba sus problemas respiratorios, ni siquiera llegaba a contrarrestarlos. Pero servia en casos muy extremos para intentar evitar que Feirly se desmaye... o en peor de los casos, muera.
— ¡Listo!
- Vamos, Gabo.
Ambos chicos fueron andando al jardín, se sentía un ambiente calido a medida que salían.
Roberto logró divisar césped y algunas flores, y antes de salir corriendo a revolcarse Feirly lo tomó de la muñeca.
— No podemos ir ahí ahora... es que... el polén me hace mucho daño y Fallo dice que tengo que acostumbrarme al clima y estimular algo de mi nariz.
— ¿A dónde vamos?
- Hay un lago, con patitos y peces. Vamos.
Feirly tomó de su mano y lo llevó al estanque, efectivamente, habían patos bebés persiguiendo a su mamá, y una canasta con algunas semillas y pan.
- ¿Quieres darles comida, Humbertito?
- ¿N-No muerden, verdad?
- Nop, mamá pato no muerde.
Mamá...
Esa palabra retumbó en los oídos de Minho, y un recuerdo tan rápido como una bala llegó a su cabeza.

"-MAMA ME DUELE."
"- MAMÁ NO ME PEGUES."
" - NO LO VOLVERÉ A HACER, MAMI PERDÓN."

Escuchó esos gritos tan cercanos que se aterró al momento. Y tan rápido como llegaron se volvieron a enterrar en esa profunda tumba del olvido... regresando a donde ahora pertenecían.
Lágrimas empezaron a caer por sus ojos mientras murmuraba "Mami" esperando recordar más de quién se supone que es.
Frustrándose en el proceso.
- ¿Qué ocurre?
Roberto salió de su trance, regresando a la realidad, viendo cómo los patitos bebés se montaban en su cuerpo, en solo sonrió lastimeramente.
- Perdón...- Dijo Feirly.
— ¿Por qué?
— Yo soy un egoísta... arruiné tu cumpleaños, te hice llorar y quién sabe que más haga, Roberto Cein. Perdóname.
- No hay nada que perdonar ahora, Gabo
Disfrutemos del día y no nos lamentemos por lo que ya pasó.— Dijo poniendo un patito bebé en la cabeza de Feirly.
- ¿Soy yo o estos patitos se parecen a mi?

- Definitivamente se parecen. El otro día Daarick me dio un peluche de un pollo, Tambien se llamaba Humberto.
- Soy un patito definitivamente.

El resto del día Roberto y Feirly  estuvieron jugando, corriendo por todo el lugar, obviamente con suma precaución y abrazados...
como buenos amigos que eran.
Luego llegaron a un campo de margaritas, Roberto  se revolcó en estas, dando vueltas y jugando. Feirly solo lo veía de lejos, con miedo a que algo de polén entrase a su nariz.
Felizmente, ese día no hubo ni una sola tragedia, solo uno que otro llanto amargo y el corazón de Feirly Gab triste... porque sentia que iba a perder a alguien que amaba.
Porque...  Feirly Gab al fin y al cabo era el patito feo del que tanto había escuchado, destinado a quedarse sola por lo distinto que era al resto.

Nunca escuchó ese cuento hasta el final, siempre quedaba dormida y sumida en la tristeza de saber que era la triste verdad.




TENGO UN SUEÑO TAN MALDITO 😭 en fin hoh murio feirlygub en el dedsafio estem la veremos en el gulag

TENGO UN SUEÑO TAN MALDITO 😭 en fin hoh murio feirlygub en el dedsafio estem la veremos en el gulag

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QUE HERMOSA DIOS MIO RAWR

Un beso antes de morir / GabertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora