Estilo de diálogo.
—Dialogo.
—pensamientos—
Cambio de escena: -X-
Inicio y fin de un Flash-back: -Ω-__________________________________
Había tenido tiempo para asimilarlo. Demasiado para ser honestos. Cincuenta años no era poco tiempo, al menos no lo era para alguien que fue humano una vez. Ahora, bueno, no estaba seguro de lo que era con honestidad. Las personas caminaron a su alrededor, enviando un saludo a su persona de vez en cuando pero Siguiendo rápidamente con sus vidas.
—¿Otra vez aquí, Naruto?
Parpadeó. Miro a su costado Pero no había nadie. Solo fue cuestión de bajar la cabeza para poder apreciarlo. Bajito, bastante bajito. La calvicie se había visto prominente y la larga y tupida barba en su rostro logro enmascarar perfectamente su edad. El viejo le sonrió, mirándolo con un cariño que más que apreciar, le parecía algo incómodo.
—Hola, padre.
El hombre sonrió aún más al escucharlo, disfrutando en silencio de la palabra y después mirarlo con un orgullo injustificado. Con honestidad, no tenía nada encontra de ese hombre. Lo cuido y alimento durante años. Claro, era su hijo por sangre, Pero el había tenido una vida muy aparte para ser conciente de que intentar ver a alguien que es probablemente más joven como un padre era complicado. No obstante, no lucho contra la guia social y trató de complacer los caprichos del decadente héroe.
—Ya han pasado cincuenta años...
Tuvo que fruncir el entrecejo al escuchar eso. Cada año repetía lo mismo, lo decía como si esperara que algo ocurriera. No tenía que ser un genio para notar la evidente anticipación a ese evento. Nunca se molestó en preguntar, pero después de tantos años la curiosidad parecía finalmente haber picado en su inconsciente.
—¿Para que?
Él suspiro, mirándolo con una sonrisa cálida. No regreso el gesto, pero lo miro en busca de una respuesta. El viejo soltó una risa al notarlo, Pero solo negó y desestimó su curiosidad con un movimiento de desdén.
—Nada importante. habrá una lluvia de estrellas en unos días, ¿Porque no lo vemos juntos?
Sus ojos brillaron al escuchar eso. El destello vibrante de las estrellas y la guía de luces inmaculadas sobre su cabeza se habían vuelto una vista de apreciar. Tenía años de no ver un fenómeno como ese, la idea de poder presenciarlo de primera mano se hacía mucho más que tentador para él.
—Me gustaría padre, gracias.
Él sonrió al escucharlo. No paso por alto el brillo de anticipación en sus ojos una vez más. Su mirada se estrechó en sospecha, Pero lo desestimó rápidamente. Cualquier cosa que llegue a pasar en estos días, no deben tener la importancia suficiente para el.
-X-
Nunca había intentado ver la vida desde otra perspectiva. Matar o morir. Esa había sido un pensamiento constante. Preservar tu supervivencia era algo primordial. Poco o nada importaba lo externo a eso. No obstante, aquí estaba. La muerte se había negado a acogerlo en sus brazos y En su lugar, lo rechazo con la frialdad suficiente como para dejar que su alma consiguiera un destino a elegir.
Ahora, no se quejaba de la idea de una oportunidad de vida. La primera no fue especialmente agradable tampoco. Su cabeza se agito con fuerza, alejando los vagos pensamientos de su mente y tratando de mantenerse centrado. Con honestidad, había aprendido a la mala que pensar demasiado mientras caminaba entre la muchedumbre era una idea estúpida. Para su fortuna, su linda apariencia de querubín le había excluido de la molestia que eso podría traer. No diría que le agradaba, Pero parecía que no envejecía sin importar cuánto tiempo pasara.