Mensajes ||Chaesoo||

•|Epilogo|•

Narrador

Rosé y Jisoo se encontraban camino al aeropuerto para ir a su luna de miel en Hawai, ambas se sentían nerviosas ya que por primera vez viajarían completamente solas.

Al llegar al aeropuerto Jisoo sintió una cálida mano acariciandole su hermoso cabello negro, al instante reconoció que es su amada... Roseanne Park.

— ¿Estás preparada para la mejor semana de tu vida? — pregunta la rubia.

— Claro que sí — la pelinegra deja un cálido beso en los labios de Rosé.

Pasajeros del vuelo 18 con destino a Hawai, prepárense para el abordaje...

Rosé y Jisoo se miraron con nerviosismo, tomaron aire y caminaron hasta lugar de revisión.

Después de hacer todo el papeleo finalmente llegaron al avión, con destino a la semana que jamás iban a olvidar...

Después de un rotundo silencio, para nada incómodo, Rosé decide hablar.

— Hey, al llegar nos darán un tour por todo el lugar donde nos quedaremos — dijo con media sonrisa.

Jisoo la miró con dulzura, y tomó la mano de Rosé.

— Gracias bebé, Pero por ahora voy a dormir — Rosé la miró con picardía.

— Si, prefiero que guardes energías para la noche — Jisoo le dió un leve golpe en el hombro a la rubia.

— Te odio — dijo con una sonrisa burlona.

— Calla, me amas — dijo Rosé mientras Jisoo se acomodaba en el hombro de Rosé, para dormir.

En un abrir y cerrar de ojos, ambas entraron en un sueño profundo.

De pronto Rosé sintió un golpe en la cabeza y eso hizo que despertara. Al abrir los ojos se encontró con una chica de cabello negro tratando de sacar su maleta.

— Lo siento mucho — dijo la pelinegra en dónde de arrepentimiento.

— No hay problema — responde Rosé en un bostezo.

Rosé al darse cuenta de que ya todos, estaban bajando del avión, decidió despertar a Jisoo esparciendo besos por toda su cara.

— Despierta princesita, ya llegamos — dice cuando sintió que Jisoo estaba despertando.

— ¿Ya llegamos? — pregunta Jisoo en un bostezo.

— Si, dormilona — habla parándose de su asiento para buscar las maletas.

Al bajar del avión ambas sintieron el calor en sus rostros y ambas sonrieron mirándose a los ojos...

— Es hermoso — dice la pelinegra mirando la hermosa playa que estaba en frente de sus ojos.

— Igual que tú — dice la rubia, dejando un cálido beso en los labios de la pelinegra — Bueno, ¿Vamos? — dice tomando la mano de Jisoo.

Ambas chicas entraron al hotel y buscaron su habitación, para dejar sus maletas. Al entrar en el cuarto, ambas chicas quedaron sorprendidas, ya que contaba con una amplia cama matrimonial, un televisor, y un teléfono para llamar a recepción, todo era muy simple, pero elegante a la vez...