Kamado Tanjiro revisó las instrucciones por décima vez antes de depositar las palomitas de maíz dentro del horno microondas.
Sexto día siendo novios, Tanjiro la llevó a casa con mamá.
Pero Kie no estaba, así que terminaron viendo películas en la tele de la sala; siendo así, él quería acompañar una velada de pelis con palomitas, para lo cual compró unas de microondas sabor mantequilla.
Se cruzó de brazos y miró fijamente el artilujio que, de hecho, llevaba apenas un mes en casa, y no es que supiera usarlo de a mucho.
«¿Se estará divirtiendo?» pensó, yendo a mirar de hurtadillas a la joven que estaba recostada en el futón que dispuso en la sala.
Allí miró a la chica rígida, mirando la casa como quien observa las hojas de un bosque estando perdido. Y no era solo metafórico, es que de hecho miraba todo como asustada, o quizás curiosa.
Sonrió satisfecho luego de verla recostarse y rodar un poco, para luego parar y sentarse, buscándolo con la mirada.
Cuando sus ojos se cruzaron él le sonrió y cruzó sus dedos pulgar e índice, formando un corazón. Luego volvió al microondas.
Apenas escuchó el pitido sacó la bolsa y rápidamente la depositó en un plato, estaba caliente, así que intentó tocarla lo menos posible.
Y a partir de aquí, querido lector, quiero decirle que no siga su ejemplo.
«¿No explotaron todas?» se preguntó, sacudiendo la bolsa de papel, y pinchándola.
»No se ve como la que comimos en casa de Inosuke.
Estaba más flaca y cuando la sacudía sonaban aún algunas pepitas sin explotar.
»...
»...mmm...
»La volveré a poner, dos minuticos.
Sin meditarlo ni leer lo que explícitamente decía en la bolsa, que no volviera a poner la bolsa si no explotaban todas y que era normal, él devolvió la bolsa dentro del microondas, presionó el botón de tiempo y escribió 2 0 0, dos minutos exactos.
Luego dio ON y volvió a ver a su novia.
Esta vez ella estaba patasarriba en el futón, mirando sobre su cabeza hacia el TV, y con los pies sobre el sofá que fungía anteriormente de espaldar.
Lamentablemente, los cómodos pantalones de franela impidieron imagenes provocadoras, pero le causó ternura verla de vez en cuando alzar los pies y patalear.
¿Quién diría que esa misma chica hacía dos días le había roto un diente a un delincuente?
Tan bella ella.
Sin embargo, sus pensamientos se detuvieron al oler quemado.
«¿Quemado?» pensó en pánico, yendo al microondas y notando que el tiempo que quedaba eran 30 segundos.
Miró por la ventanita que daba con la bolsa de palomitas, encontrando una nube de humo gris por dentro.
—¡No! —gritó sin querer, deteniendo súbitamente el aparato.
Escuchó pasos apresurados, pero él se enfocó en abrir el microondas.
Escena: Tanjiro arrodillado frente al microondas, que contenía palomitas de microondas sabor mantequilla por dentro, palomitas quedamas; y una bonita joven, novia del chef, mirándolo desde la puerta de la cocina.
...
....
Silencio.
—¿No habrá palomitas? —preguntó la chica, inocente y sin saber cuán duro era ese simple comentario para él.
—... iré a comprar más.
La primer vergüenza la sufrió ella para acercarse a él, la segunda ella al ser atrapada en su huída por él, para luego llorar por un supuesto rechazo que nunca llegó.
La tercera la sufrió él, seis días después, quemando palomitas de microondas en la primer cita que tuvieron juntos.
Vaya habilidades chefcísticas.
[EXTRA II: FIN]
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Un minuto - Tanjiro x Kanao
Fanfiction¡A un minuto de tí! Voy de detrás de ti... 【 Oneshot 】 Tanjiro x Kanao. School AU Kimetsu no Yaiba de Koyoharu Gotouge.