capitulo 4

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El comedor estaba lleno de risas y conversaciones, pero Violeta apenas las escuchaba mientras observaba a Romeo elegir cuidadosamente su comida. Sabía lo difícil que era para él, y aunque intentaba concentrarse en la charla entre Zeki, Otto y los demás, las risas de otro grupo la distraían. Rey estaba diciendo algo sobre Romeo, y Violeta vio cómo Mei, Única y Alaska se reían. Aquello la sorprendió y decepcionó. Sabía que las otras chicas solían comportarse así, pero de Mei no lo esperaba. Sentía una punzada de tristeza al ver cómo cambiaba para encajar.

De pronto, una voz familiar la sacó de sus pensamientos. Violeta se quedó estática, con el corazón acelerado. Allí, repartiendo jarras de jugo, estaba Ada, la mujer que la había cuidado cuando era pequeña. Sus manos temblaron al reconocerla. Sintió un torbellino de emociones en su interior: alegría, nostalgia, confusión. Quiso correr hacia ella y abrazarla, contarle quién era, pero algo la detuvo. Ada no parecía reconocerla, no la miraba con los mismos ojos que antes. Violeta cerró los puños, tragándose las emociones que pugnaban por salir.

—Bueno, aquí está el jugo bien exprimido, ¡riquísimo, riquísimo! — anunció Ada alegremente.

Violeta apenas podía procesar la escena cuando Romeo gritó, interrumpiendo el momento.        —¡No, no, no! — exclamó.

Ada, sorprendida, preguntó —¿Qué pasó?

—No como ni bebo nada naranja —respondió Romeo, tenso.

Ada, con su eterna paciencia y dulzura, sonrió y dijo: —Ah, bueno, nada naranja para nuestro querido Romeo.

Violeta, que seguía luchando por mantener la compostura, se volvió hacia él con una sonrisa. " —yo me tomo el jugo, Roma. A mí me gusta. Lo que no quieras me lo puedes dar.

—Gracias, Violeta — respondió Romeo con una pequeña sonrisa, y Violeta sintió un leve alivio al distraerse con esa conversación.

Pero su calma no duró mucho. De reojo, vio cómo Rey se levantaba, agarraba comida y desordenaba el plato de Romeo, tirándole unas donas encima. En un instante, Romeo se levantó de la mesa y se fue, visiblemente afectado.

La rabia que Violeta había estado conteniendo desde que vio a Ada comenzó a hervir. Se levantó bruscamente y, con el corazón aún acelerado, caminó hacia Rey. —Eres un imbécil, Rey, — dijo con furia. —No sé qué tiene de divertido hacerle eso a un compañero. Y ustedes, los que se ríen... son iguales o peores que él. 

Rey la miró, algo divertido, pero con una sombra en sus ojos. —Tranquila, princesa, no es para tanto.

Violeta lo fulminó con la mirada. —No soy tu princesa, y en serio, no puede ser que no te sientas ni un poco mal por tu actitud.

Antes de que Rey pudiera responder, Violeta suspiró, dándose la vuelta. Sentía el peso de todas las emociones que había intentado suprimir. Subió a su habitación, furiosa, pero también abrumada por el reencuentro inesperado con Ada.

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Todos los participantes están reunidos alrededor de Yamila, quien está a punto de anunciar el primer desafío. Violeta está junto a Daysi, sonriendo y conversando.

— Y ahora sí, vamos a arrancar con el primer desafío, — anuncia Yamila con entusiasmo. — Para este desafío, voy a necesitar que formen dos grupos.

Todos los presentes se miran entre sí, buscando formar equipos. Única se adelanta, dirigiéndose directamente a Daysi con un tono arrogante.

— Linda, te sumas a los mejores, — dice Única, lanzándole una mirada.

Sombras del Corazón ( Rey)(margarita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora