Capitulo 3

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Cuando llegamos a la casa del lago Jamini, Jhonattan aparco la camioneta en el estacionamiento y seguidamente nos bajamos de ella.

Todos se nos acercaron emocionados a saludarnos, hubieron unas chicas que saludaron de una forma no esperada a Jhonattan insinuándoseles pero al parecer este no les prestó atención, muchas de ellas me vieron con cara amenazadora yo lo que hice fue reír.

Por lo que se podía observar a simple vista gran parte de los chicos estaban ebrios, muchos de ellos estaban separados por grupos conversando con sus amistades más cercanas, otros estaban en la pista de baile y otros en la mesa de pasa palos o bebiendo. Era algo que no me sorprendía ver porque esto es lo que la mayoría de los hicos hacen cuando están en una fiesta.

A pesar de que era en el lago Jamini y que había tierra y grama por todos lados, el lugar estaba bien organizado y bien iluminado, cerca de la playa tenían una fogata encendida y un grupo de chicas con lo que parecía ser sus novios estaban allí acurrucados hablando.

El lago Jamini siempre había sido un lugar especial para todos los estudiantes de la escuela de Bronx, allí siempre organizaban fiestas, campamentos o parrilladas, lo utilizábamos en algunas ocasiones para los bailes de primavera o de graduación, era un lugar simple pero los estudiantes los transformaban convirtiéndolo en algo especial para la vista humana. El lugar quedaba a unos sesenta kilómetros lejos de la civilización y sus dueños nunca tenían problema en prestárnoslo, con tal de que le pagáramos el alquiler todo estaba bien.

-¡Hola Susan viniste! –Me decía Robert emocionado mientras me daba un abrazo, en una de sus manos cargaba una cerveza.

-Sí, Jhonattan fue por mí. –No me dijo más nada todos caminamos en dirección a la playa en donde estaban nuestros amigos.

-Susan, hola ¿Cómo estás? –Me saludaba Leila abrazándome.

-Hola Leila todo bien. –Le respondí. Ella entrelazo su brazo con el mío mientras me dirigía al centro del círculo que formaban los muchachos.

-Me alegro. –Estaba contenta, eso se le notaba muy claro, ella siempre había sido así de llamativa y radiante con su cabello rubio y lacio que le llegaba hasta los hombros, sus ojos de color miel y su personalidad tan carismática y relajada. Habían ocasiones en que si se ponía intensa o estresada y en muchas de esas ocasiones era difícil conversar con ella aunque tenía su propia particularidad y para Leila no era difícil llamar la atención.

Habían muchas personas en esa fiesta, hasta chicos que no conocía pero era de entenderse, Robert era muy popular y para sus fiestas siempre invitaba a casi todo el instituto así como también a él lo invitaban a muchas fiestas.

Me separe de mi grupo de amigos por un rato y decidí ir a ver que podía comer, no había cenado y tenía mucha hambre. Me acerque a la mesa en donde se encontraban todas las bebidas y gran parte de la comida, tome unos cuantos sándwiches y empecé a comer para llenar el vacío que sentía en mi estómago. Habían unos chicos cerca de mí, en ese momento podía escuchar todo lo que hablaban entre ellos. Me miraron por un rato como que preguntándose quien rayos era yo, lo note por la expresión en sus rostros. Lo que hice fue sonreírles de forma suave y luego voltee la mirada hacia la mesa de nuevo. No era muy conocida en la escuela de Bronx, pocas personas me saludaban y raras veces los populares me hablaban, aunque no importaba entrar en esos estúpidos grupos o familiarizarme con ellos, me sentía bien con los amigos que tenía, no eran populares pero cada quien conocía a personas distintas, siempre organizábamos fiestas lo cual era la parte que más me gustaba y que siempre hemos estado juntos desde el primer año.

-Hola. –Se me acerco Jhonattan colocándose a mi lado apoyándose sobre la mesa.

-Hola. –Lo salude, también me encontraba recostada de la mesa con un vaso de refresco en la mano, el cargaba una cerveza.

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