XV

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Mi propia Dulcinea

C

ielo de mi tierra, sol de mi luna, océano del agua en que se refleja
Tu dulce mirar e inmensa belleza.

Margarita de campo santo, estrella deleitada de canto
Tu fina belleza y tierno encanto,
Me han hecho olvidar que alguna vez rompí en llanto.

Dulce y exótica flor de loto, que con derramar sobre mi piel
Un poco de tu hiel, me haces disfrutar de lo dulce de tu miel.

Preciosa mujer de genuino encanto, deleitarte debes
Oh! Amada mía entre vino y canto de éste servidor tuyo
Que por ti es capaz de abandonar el orgullo.

Rosa florecida, a las hadas muy parecida; mujer recogida
De donde un infeliz no le dio acogida.

Belleza Celestial, como el de las estrellas al brillar,
Tú me has venido a alegrar y a esos días negros alejar.

Sombras y SusurrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora