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Ya estaba tardando en aparecer la persona más insoportable de todo Barcelona, acompañado de ese apodo insufrible "pequeña Jeny".
-Anda - dije dándome la vuelta - Fort. Que haces tú por aquí? -Entreno aquí subnormal - contestó. -Pensé que te habían echado del equipo - respondí encarándole. -A mi? Porque? -Yo no soportaría tener a alguien tan inútil como tu, ni un pase sabras dar - explique como gracia. -Lo dices tu, te recuerdo la vez que te caíste de las barandillas esas en una competición - respondió mientras tensaba la mandíbula. -Se llaman barras imbecil - todo lo que tenia de guapo, lo tenia de tonto.
Una voz provino de los altavoces que rodeaban el campo, dejando escuchar la voz de mi entrenador.
-Chicas de gimnasia, y chicos de fútbol, porfavor, dirigíos al campo ahora mismo, tenemos una noticia que daros - informo.
Miré a mis amigas, las cuales estaban un poco más apartadas, y las tres reaccionamos de la misma forma.
Hicimos instantáneo caso a las órdenes de nuestra entrenadora, y nos dirigimos hacia donde había indicado anteriormente.
Ya había bastante gente, por un lado, las chicas de mi club y mis compañeras, y por otro, los chicos del equipo de fútbol de mi hermano.
Nos indicaron que nos sentásemos así que eso hicimos, cada uno con su equipo correspondiente.
-Bien chicos - empezó a hablar Xavi, el entrenador de fútbol - nos han informado que ha habido un pequeño accidente en el pabellón de gimnasia, así que como el club de esta nos ha ayudado un montón de veces, y dentro de poco las chicas tiene una competición importante, vamos a prestarlas nuestro campo para que entrenen - explico.
Varías susurros se empezaron a escuchar entre los chicos, a la vez que quejas.
-Y porque no se van a otro pabellón - chilló Hector, siendo apoyado por sus amigos. -Pues porque no hay más pabellones por aquí cerca imbecil - respondí ante su egoísmo. -Jena - llamó la atención mi entrenadora.
Soy una persona que a la primera, salta. Creo que me entendéis por donde voy.
Suspire, y miré hacia mi derecha, donde se encontraba el rizado, el cual me miraba con la misma cara de asco que yo mantenía.
-Y cuando entrenaremos? No podemos hacerlo a la vez - pregunto otro de los chicos. -Las chicas entrenarán primero, y luego vosotros. Será una buena idea para que ambos equipos aprendáis sobre los deportes de los otros, y de sus dificultades - explico Xavi. -Y las instalaciones? - saltó Rocio.
De que instalaciones hablaba?
-Ah si - empezó a hablar mi entrenador - sobre las instalaciones, os quedaréis aquí, en esta residencia con ellos, hasta que todo se solucione. -Que? - me entrometo, recibiendo las miradas de todos los presentes - pero porque? Si antes estábamos bien, cada una en su casa. -Jena tienes que entender que ahora vais a entrenar mucho más, no podéis estar perdiendo el tiempo haciendo el vago en vuestra casa - confronto Marc, el entrenador.
Todos nos levantamos de nuestros sitios, ya que la charla había terminado, y ahora empezaría nuestro entrenamiento.
Los chicos se dirigieron a las gradas, mientras nosotras estirábamos.
La gimnasia era dura, muy dura, y más cuando tu entrenador se metía contigo de forma directa constantemente. Al fin y al cabo ya estaba acostumbrada, sus formas de liderar eran un tanto... estrictas.
-Hoy a entrenar fuerte, y quien no quiera, que se vaya a su puta casa a hacer el vago - chilló Marc, mientras calentábamos.
Vi una expresión de preocupación y terror en la cara de los chicos, ellos no sabían que nuestros entrenamientos eran así.
-Jena, agáchate mas - me grito mientras me tiraba de la cintura hacia abajo, mientras mi cara se encontraba con el suelo mientras me abría de piernas.
Empezamos con barras, íbamos una por una. Yo era la tercera y la verdad es que no quería que mi turno llegase, porque Marc siempre tenía alguna pega.
-Rocío - gritó - mas alto te he dicho!
Yo suspire, no me gustaba tener tanta presión, pero esa ya era costumbre.
La siguiente fue Lara, que para que os hagáis una idea de cómo le fue, se dirigió llorando al vestuario, tras ser insultada por Marc varias veces y de forma continua y cruel.
-Cubarsi - dijo - a la barra venga.
Yo pegue un salto y empecé a balancearme en esta, aparentabais fuertemente las piernas y brazos.
Observe como todos los chicos miraban atentos.
Di una, dos y tres vueltas, mientras que los gritos sonaban en mi cabeza, ya que a Marc todo le parecía que estaba mal.
Me desconcentre, y en un abrir y cerrar de ojos, me encontraba en el suelo, con la ceja palpitándome, al igual que mi labio.
