¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A quien le apetece entrenar en verano a las 9 de la mañana? A mi desde luego que no, pero es lo que tiene ser una deportista de alto rendimiento.
Al parecer mis padres habían tenido suerte, dos hijos realmente buenos en el deporte. Supongo que conoceréis a Pau Cubarsi, efectivamente, es mi hermano mayor, por tan solo unos meses, pero sigue siendo el mayor, y al parecer se suele aprovechar de eso.
Introduciéndome un poco, tengo 16 años, me encanta la gimnasia rítmica, y la entreno prácticamente todos los días y a todas horas.
Tengo un hermano mayor, con el que me llevo genial, al igual que con sus amigos, algunos mejor que con otros. Marc Guiu, Lamine Yamal, Balde... supongo que son nombres que se os harán conocidos, al igual que Héctor Fort, supongo que a él también le conoceréis. Puede que sea el chico más guapo que hayáis visto nunca, pero no conocéis para nada su faceta real.
Llevo conociendo a Hector desde que tengo uso de razón, cuando Pau entro a la Masía, y desde ese momento, el y Hector son inseparables, lo cual es una lástima para mi, ya que lo tengo que ver en todas partes y a todas horas.
Es la persona más repelente, egocéntrica, y narcisista que conoceréis, lo digo por experiencia. Se lleva burlando de mi años y años, si no es por una cosa es por otra, y realmente no le soporto.
En fin, comencemos.
Me levante de mi cama, agotada ya que no había dormido nada por la tormenta de la noche anterior.
Tal vez sea raro, pero las tengo pánico, y el hecho de que Pau ya no estuviese aquí para no poder ir con el a su cuarto a abrazarle cada vez que oía un trueno me entristecía, pero es lo que hay.
Desayuné rápidamente un yogur con cereales, subí a mi cuarto, me puse unos pantalones cortos junto con el mallot de entrenamiento, me hice un moño alto, y me aseé velozmente.
Cogí mi mochila con todo lo necesario dentro, y me dirigí corriendo al polideportivo, ya que llegaba tarde como de costumbre.
Llegue justo a tiempo, pero al llegar no vi a nadie, lo cual era raro.
Mi cara se tornó a una de extrañeza, y estuve pensando unos minutos, hasta que decidí mirar mi móvil.
Lo encendí, entrando al grupo que teníamos las de gimnasia junto con mi entrenador, y me percaté de que el entreno sería en, el Camp Nou?
No entendía nada de nada. Que pintaban ahí unas gimnastas.
Agradecí que, al haber cambiado el sitio, propusiesen el entrenamiento unos 15 minutos, tiempo de sobre para llegar al campo.
En la puerta de este, se encontraban mis mejores amigas: Alicia, era mi mejor amiga desde que tenía uso de razón. Puede que fuese mi amiga más que nada porque estaba loquita por mi hermano, pero algo es algo.
Rocio, realmente nos conocimos en una competición de gimnasia, cuando ella estaba en el equipo rival, nunca sabía lo que me llegaría a caer.
Y por último pero no por menos importante, Sara. No sabía como describir a Sara. Era buena amiga, con sus pros y sus contras, demasiadas contras diría yo, pero al fin y al cabo, supongo que era mi amiga, o eso creía yo.
-Anda Jena, por fin apareces - dijo Alicia mientras me abrazaba. -Me levante tarde y no vi los mensajes - respondí. -Que raro en ti - ironizo Rocio. -Porque el entrenamiento es aquí? Si aquí entrena mi hermano - pregunté intentando enterarme. -Es que no te has dado cuenta de que nos han destrozado el pabellón de gimnasia? - explicó Sara, con su borderia notoria - lleva así todo el fin de semana Jena. -Y porque nos traen aquí? - volvi a preguntar.
Sara suspiró. Tenía muy poca paciencia, y yo soy una chica de muchas preguntas, así que la verdad es que no combinábamos muy bien.
-Esta bien - dije - perdon.
Finalmente, entramos al campo, junto con las demás chicas, hasta que una voz me frenó.
-Jen - me llamo una voz reconocida. -PAU - grite de sorpresa, corriendo hacia el mientras le abrazaba. -Pero que haces aquí? - me pregunto.
Me baje de sus brazos ya que el no era mucho de contacto físico, y hablé.
-Me acabo de enterar de que nos han destrozado el pabellón o algo así, supongo que entrenaremos aquí, no tengo ni la menor idea - expliqué. -Anda si es la pequeña Jeny.
Me di la vuelta al escuchar esa voz tan repelente por sorpresa.