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.La luz del sol iluminaba el jardín del Olimpo, donde el aire estaba impregnado de la fragancia de las flores en plena floración. En un rincón apartado, una figura etérea contemplaba la belleza que la rodeaba, pero su corazón estaba lejos de sentir la alegría que el entorno parecía prometer. Era consciente de las miradas de desaprobación que la seguían, y sabía que la paz que había disfrutado se había desvanecido.
Una voz profunda y autoritaria interrumpió sus pensamientos, resonando como un trueno en el aire. Las palabras eran un torrente de decepción y reproche, llenas de la sabiduría de un anciano que había visto el impacto de sus acciones en el mundo. La figura no podía evitar sentir que el peso de su propio desliz caía sobre ella como un manto oscuro. Había cruzado límites que no debía haber tocado, y el eco de sus decisiones resonaba en cada palabra.
— Estoy consciente que haría lo mismo, pero no exactamente con esa pareja — dijo él, ya con la figura de anciano, mientras su mirada se mantenía fija en ella.
— No puedes juzgarme tan severamente — replicó ella, desafiando su mirada con sus ojos verdes. — No puedes imaginar cómo me siento.
— ¡No se trata de tus sentimientos! — retumbó él, su voz llena de decepción. — Te has metido con Hades. ¿Qué pensabas que pasaría? ¿No te das cuenta de las repercusiones que esto traerá?
— No es como si hubiera elegido esto intencionadamente — contestó ella, sintiendo que el ardor de su propia culpa se mezclaba con la rebeldía.
— Y ¿por qué no mejor te metiste con alguno de ellos? — preguntó él, señalando al horizonte donde los héroes y reyes caminaban. — ¿Por qué elegiste a Hades, de todos los hombres? Podrías haber elegido a un rey como Agamemnón o a un héroe como Perseo.
Ella se sintió atrapada entre la necesidad de defender sus decisiones y la cruda realidad de su situación. Sabía que había cruzado una línea, pero la atracción había sido innegable. Su padre, aunque lleno de amor, no podía evitar sentirse decepcionado.
Finalmente, cuando el silencio se asentó y las palabras del anciano se desvanecieron en el aire, el entendimiento se hizo presente. Eran padre e hija, luchando con sus propias decisiones en un mundo donde la belleza y el deseo a menudo chocaban con la responsabilidad.
Era él, el rey de los dioses, quien le recordaba que en el Olimpo, incluso la belleza podía tener un precio.
—Vengo a buscarte — continuó, su tono firme. — Quiero que entiendas que no estoy dispuesto a dejarte ir. No quiero que nuestro hijo crezca lejos de su madre.Mientras el eco de sus palabras se desvanecía, Hades sintió la presión en su pecho. Su amor por Nymara era lo que le daba fuerzas para enfrentar la incertidumbre. Estaba dispuesto a luchar por ella, a demostrarle que su unión era digna de salvarse.
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𝐀𝐌𝐀𝐑 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐕𝐄𝐙
Fanfiction╭───────────────✧ │ ✐; ¿ 𝐓ú 𝐨𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳 ? │ ╰───────────────✧ ━ нα∂єѕχяєα∂єя ━◠ нιѕтσяια ¢σятα ━¢яє∂ιтσѕ α тαкυмι ƒυкυι ѕнιηуα υмємυяα є ¢нιкα αʝι