Historias corrientes.

Turbulencias.

Historias que nacen de la mínima acción, un simple movimiento, una palabra, un gesto...

Historias que deberían ser eternas pero que apenas duran dos minutos. ¿Pueden haber historias de dos minutos?

Se quedó sentada en el suelo, haciendo un mar en pañuelo mientras veía como aquel chico se iba. "¿Por qué se va? Yo lo quería... No te vayas, por favor. Vuelve."

Repetía continuamente en su cabeza.

A unos metros de ella un chico, cabizbajo, haciendo el mismo mar que ella pero en su interior. "¿Por qué vuelve? Ya no la quería, no la necesitaba pero vuelve de repente y me descontrola. Vete, no quiero más de ti."

Ambos destrozados llenos de una contradicción, deseosos de cerrar los ojos y el corazón.

"No más, por favor." Suplican los dos.

Se levantan, limpian sus lágrimas, se arrancan el dolor y con un suspiro dicen: adiós.

¿Viste? Una historia de dos minutos y quizás dure menos. Los límites los pongo yo: el narrador, las sensaciones las pones tú: el lector, el final lo decidimos los dos.

Se dirigía a casa, disimulando, con un poco de maquillaje, el rastro de las lágrimas de su cara.

Su cara: el lienzo, sus dedos: los pinceles y el maquillaje: la pintura.

Suspira levemente, sonríe y repite un par de veces en su mente: No pasa nada, tranquila. Piensa que así podrá convencerse de que no pasó nada pero esa noche, en su cama, desplegará sus alas para volar al mundo oculto en su interior: el dolor, la autodestrucción. Hasta caer en un profundo sueño en el que reinarán las pesadillas oscuras y vacías.

"Viajo sin moverme, sin pestañear, y a veces, sin respirar. Sentir que me falta el oxígeno y de una bocanada recuperar el oxígeno perdido, volviendo a la realidad.

Cada uno tiene sus formas de viajar, la mía es rozando la muerte, ¿por qué no? Será divertido."

No podía tener otro final, colgado hasta quedar sin la esencia de vivir: oxígeno, sin dolor, solo paz. "Adiós, mundo..." dijo antes de saltar.

Adiós, Adán.

Así entró en su viaje eterno hasta el lugar que él siempre buscó y nunca encontró en el mundo real.

"Adiós, mundo real, te veo pronto mundo irreal."