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Derek estaba encerrado en su casa desde hacía días. Permanecía tirado en la cama de Trevor, donde aún persistía, aunque de forma tenue, el olor del omega. Era ese aroma lo único a lo que se aferraba mientras el tiempo pasaba sin que él tuviera noción de ello. El celular lo había dejado abandonado en el sofá desde el día en que Trevor se había ido, y posiblemente ya se había apagado por falta de batería, pero a Derek no le importaba. Lo único que invadía su mente era la necesidad de sentir los abrazos de Trevor, de perderse en su aroma hasta quedarse dormido.

Una tarde, cuando el sol comenzaba a esconderse, el sonido insistente de golpes en la puerta lo sacó de su letargo. Con irritación se levantó, y por un breve instante, una parte de él pensó que tal vez sería Trevor, aunque sabía que era una idea absurda. Trevor tenía llaves; no necesitaría tocar. Al abrir la puerta, quien lo esperaba era Kristal, visiblemente molesta.

Durante el tiempo que Derek había estado sumido en su tristeza, había llegado a una conclusión: lo que sentía por Kristal nunca fue más que una atracción pasajera. Nada de lo que había experimentado con ella se comparaba con lo que Trevor le hacía sentir. Al fin lo comprendía: estaba enamorado de Trevor. Sin embargo, ese entendimiento también traía consigo otra certeza dolorosa: ahora tendría que romperle el corazón a Kristal, quien no tenía culpa alguna. Aunque su relación apenas había comenzado, Derek sabía que debía terminarla.

—¿Estás bien? —preguntó Kristal con el ceño fruncido—. No me respondiste ni una llamada ni un mensaje. ¿Sabes lo preocupada que estaba?

Derek, sin saber cómo explicarse, murmuró: —Perdón... yo... no sé. Estaba tan perdido por...

—No quiero hablar de esto ahora. — Kristal lo interrumpió—. Arréglate y vístete, tenemos que hablar afuera. Necesitamos tomar aire. Te espero aquí afuera. No me hagas esperar.

Derek suspiró, sabiendo que si quería empezar a cambiar las cosas, debía hacerlo ahora. Se alistó lo más rápido que pudo y salió a encontrarse con Kristal, quien estaba recostada contra la pared, revisando su celular. La verdad era que ella, como omega, resultaba extremadamente atractiva, y eso hacía que Derek se sintiera aún más culpable por lo que estaba a punto de hacer.

—¿Nos vamos? —preguntó Kristal, sin mirarlo.

—Sí, vamos —respondió Derek, con un suspiro.

Caminaban en silencio por un parque bajo el cielo nocturno. La tensión era palpable, pero ninguno de los dos sabía cómo empezar la conversación. Finalmente, fue Kristal quien rompió el silencio.

—Yo no soy la persona que amas, ¿verdad?

Derek se detuvo por un segundo y luego asintió, confirmando lo que ella ya sabía.

—No te preocupes, ya lo sabía. No estoy molesta —dijo Kristal con voz tranquila—. Nuestra relación avanzó demasiado rápido, casi por impulso. No puedo negar que también me sentí atraída por ti, pero creo que ninguno de los dos llegó a sentir algo más profundo, ¿no?

Derek bajó la cabeza, sintiéndose incómodo, mientras Kristal continuaba con un tono más ligero, casi divertido.

—No lo lamento tanto, Derek. No fue sólo culpa tuya —añadió ella, girándose para mirarlo directamente a los ojos—. Yo también tengo a alguien a quien amo, ¿sabes?

Derek la miró sorprendido. No se lo esperaba.

—Pero lo arruiné todo. Empecé a salir contigo por impulso y terminé alejando a esa persona. Siento que mi mundo se me fue completamente arrebatado. ¿Te pasó lo mismo, no?

Derek, aún impactado por lo que Kristal había revelado, asintió. Sus casos eran tan ridículamente parecidos que le costaba procesarlo.

—Sí. Me sentí como un idiota cuando esa persona se alejó, y recién ahí me di cuenta de mis verdaderos sentimientos.

Tonto alfa (Derek x Trevor)Where stories live. Discover now