Capítulo 8: Un Vuelo de Libertad

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Desdentado se acercó al borde de su nido, mirando hacia el vasto cielo estrellado que se extendía frente a él. Había pasado meses preparándose, y aunque sabía que sin la ayuda de Hipo no podía volar con total confianza debido a la prótesis que llevaba en su cola, sentía que había llegado el momento de intentarlo solo. La emoción y un ligero nerviosismo recorrían su cuerpo mientras extendía sus majestuosas alas.

Con un impulso decidido, Desdentado se lanzó hacia el cielo, elevándose un poco torpemente al principio. Sus músculos, aún acostumbrándose al nuevo peso de la prótesis, se movían con cierta inseguridad. Sin embargo, a medida que se alzaba, empezó a estabilizarse, sintiendo el aire fresco bajo sus alas y la adrenalina fluyendo a través de él.

Luz, al ver los intentos de Desdentado, sintió un destello de determinación. Ella también había recibido una prótesis, pero había aprendido a volar con ella sin problemas. Con un suave y juguetón rugido, se unió a él, levantándose del nido y siguiendo su estela. Pronto, los dos dragones estaban danzando en el aire, girando y volando juntos, formando una hermosa figura en el cielo nocturno.

Mientras tanto, Hipo había salido a tomar un poco de aire fresco después de la cena, sintiéndose satisfecho y lleno de alegría por la noche que habían compartido con su familia y amigos. Sin embargo, al levantar la vista, sus ojos se abrieron de par en par al ver a Desdentado y Luz volando juntos.

— ¡Papá! ¡Astrid! ¡Todos! ¡Miren! —gritó Hipo, señalando hacia el cielo.

Estoico y los demás se volvieron hacia donde Hipo apuntaba, y sus ojos se iluminaron al ver la escena mágica. Los dos dragones se movían con gracia, volando frente a frente, con una sincronización perfecta que dejaba a todos sin aliento. Era un espectáculo impresionante ver cómo Luz y Desdentado, a pesar de sus prótesis, volaban con tal confianza.

En un momento de pura belleza, Desdentado y Luz enroscaron suavemente sus colas, formando una figura en forma de corazón en el aire. Hipo sintió que su corazón se llenaba de alegría al ver la conexión entre ellos. Era un momento de amor y libertad, y su expresión reflejaba la felicidad que sentía al ver a su amigo prosperar.

— ¡Es increíble! —exclamó Astrid, admirando el espectáculo. — ¡Lo han logrado!

Estoico sonrió con orgullo, sintiéndose conmovido por la evolución de Desdentado. — Han encontrado su propio camino, y eso es un gran paso. Estoy seguro de que este es solo el comienzo.

Los demás aldeanos, que también habían mirado al cielo, comenzaron a aplaudir y a vitorear a los dragones, creando un ambiente de celebración. Hipo no podía evitar sonreír al ver a su amigo volar con tal felicidad. Cada movimiento de Desdentado y Luz era una manifestación de la libertad que habían ganado, y Hipo sabía que todo había valido la pena.

Mientras Desdentado y Luz continuaban volando, jugando entre las estrellas y disfrutando de su recién encontrada independencia, Hipo sintió que su corazón se llenaba de esperanza. Era un nuevo capítulo en sus vidas, lleno de promesas y sueños.

Bajo el brillo de las estrellas, Desdentado y Luz seguían desafiando el cielo, y Hipo supo que, sin importar los desafíos que enfrentaran en el futuro, siempre estarían juntos, apoyándose mutuamente y volando hacia nuevas aventuras.

Como entrenar a tu dragón:un nuevo comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora