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La tarde se deslizaba suavemente en el departamento de Oriana. Las luces del atardecer se colaban por las ventanas, creando un ambiente cálido y acogedor. Renata se acomodó en el sofá, mientras Oriana preparaba un café.

Oriana mientras servia el café decide Hablar—qué onda con Leandro? Anoche los vi hablando una banda.

—La verdad es que me cayó re bien. Es agradable.—Renata sonríe mientras recuerda todo lo que habia sucedido anoche

—Solo eso?—dice la morocha mientras mira a Renata con curiosidad

—Sí, solo hablamos. No pasó nada raro, Ori.—Dice ella sabiendo que Oriana quería saber si la charla con Leandro había llegado a otra cosa—Después me fui a mi casa.

—Pero, ¿qué te parece él?—Pregunta Oriana con picardía

—Es lindo, simpático y tiene una sonrisa encantadora.—Oriana alza sus cejas al escuchar a su amiga—Pero no caería nunca en los encantos baratos de un futbolista.

Oriana arqueó una ceja, sorprendida.

—¿A qué te referís con "encantos baratos"?

Renata da un suspiro y responde —me estuvo chamuyando toda la noche, como si yo no supiera que se divorció hace pocos meses.

—Y eso, ¿qué tiene que ver?

—No es el primer futbolista que me ha querido agarra amiga—hace una pausa y deja su teléfono en la mesa—ellos piensan que por el hecho de ser buenos jugadores las tienen a todas atrás.

Oriana sonrió, recordando su propia historia.

—Yo pensaba lo mismo Rena, hasta que conocí a Paulo.—Hace una pausa y mira a su amiga que la observaba con una sonrisa llena de ternura—Descubrí que era el amor de mi vida.

—Paulo es uno en un millón... —Responde Renata mientras sonrié

La conversación tomó un giro más serio.

—Pero Leo se ve bueno amiga, no tiene tanta fama de gato—dijo Oriana mientras
tomaba un sorbo de su taza

—Escuché rumores de que el motivo del divorcio de Paredes fue porque casi es padre de un hijo que no era de su Mujer.

—Sí, sabía eso...—Dice Oriana y su amiga la mira sin decir nada pero su propia cara gritaba "Vez."

—Es muy simpático, pero yo no tengo tiempo para esas cosas ahora.

Oriana se acercó y le dio una palmadita en el hombro.

—Está bien, amiga. Pero no cierres la puerta del todo. A veces las sorpresas vienen disfrazadas.

Renata sonrió levemente y miró por la ventana de aquel departamento en Palermo, contemplando la ciudad de Buenos Aires.

—un poco de razón tenes...pero por ahora prefiero mantenerme al margen.

El aroma del café llenó el aire mientras ambas chicas compartían una complicidad silenciosa, sabiendo que la vida siempre tenía sus giros inesperados.

El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte de Buenos Aires, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosas. Renata se acomodó en el sofá del departamento de Oriana, sintiendo la calidez de la tarde. La música suave de fondo creaba una atmósfera acogedora mientras las dos amigas compartían risas y confidencias.

—No puedo creer que ya se acaben las vacaciones

—si amiga cada vez se acerca mas el día de tener que volver a la vida normal—Dijo La morocha mientras se sentaba al lado de su amiga—Lo bueno es que vamos a estar juntas, va a ser menos aburrido...

𝐈𝐍𝐄𝐒𝐓𝐀𝐁𝐋𝐄 - 𝐏𝐚𝐫𝐞𝐝𝐞𝐬 (+𝟏𝟖)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora