𝐒𝐈 𝐓𝐔 𝐌𝐄 𝐏𝐈𝐍𝐂𝐇𝐄𝐒 𝐐𝐔𝐈𝐒𝐈𝐄𝐑𝐀𝐒 - JoYuma.

𝐒𝐈 𝐓𝐔 𝐌𝐄 (𝐏𝐈𝐍𝐂𝐇𝐄𝐒) 𝐐𝐔𝐈𝐒𝐈𝐄𝐑𝐀𝐒

Jo y Yuma no son tan cercanos, en realidad.

Y no es que se lleven mal, o algo por el estilo. Simplemente, fuera de cámara pasan el uno del otro cuando se cruzan por los pasillos, o incluso, en su apartamento. Pero se ha vuelto rutinario, ya es más que normal verse pasando por todos lados en todo momento. Después de todo, hay nueve personas en un mismo lugar.

Al menos así es el caso de Jo, no hay nada en particular que le desvíe la mirada a Yuma más que un simple saludo, o una petición, o pregunta por cortesía, Yuma es su compañero de trabajo, y nada más. Claro que se preocupa por el, indaga de vez en cuando, conversan, en cámara, bromean y de hecho, se ven bastante unidos, desafortunadamente para Yuma, las cosas no siempre son lo que parecen.

Tal vez eran sonrisas estúpidas que le dedicaba su alto compañero cuando estaban en vivo, un descarado fanservice que no significaba nada. Tal vez fueron esas fotos que los fans les sacaban y de vez en cuando, terminaba por ver cuando revisaba sus redes sociales a través de su cuenta secreta, no le gusta verse tan pequeño a su lado... Pero a la mierda, si se trata de Asakura Jo puede coger las posiciones más vergonzosas con tal de que le dé un poco de su atención.

"K-hyung", "Fuma-hyung", "Taki-kun"... Y un largo etcétera, los llama a todos con ese tono tan suave y con el, hasta olvida formalidad, Yuma, ante los ojos de Jo, que pasa el se vuelve equivalente a un ser celestial, es simplemente "Yuma".

No lo puede obligar a que lo saludé todos los días, no es su obligación, pero simplemente, se siente desplazado cuando Jo mira con un brillo tan bonito en los ojos a K, pero si se trata de el no hay nada de el. Una mirada apagada que aunque es cortés, denota su distancia, sus bastas posibilidades de que corresponda sus sentimientos. Aún así, su cerebro de estúpido, idiota y tonto enamorado, cree que hay oportunidad de que algún día haya una oportunidad.

- Buenos días, Yuma. -Le dice con voz baja cuando se encuentran en la cocina, que suerte tiene Jo gracias a su metabolismo rápido, ¡Es delgado por naturaleza! Come a diestra y siniestra y no sube un gramo, está celoso de ver la enorme porción de arroz blanco en su brazo, a comparación de la propia. Carajo, que no siquiera puede comer arroz en la mañana.

- Buenos días, Jo. -Responde con el mismo tono seco, todos los días ansiando que su pregunta recurrente sea respondida con una afirmación y menos escusas-. Hey, ¿Qué te parece sí vamos al parque a-

- Lo siento, Yuma. Ya tengo planes de ir con Fuma-hyung y K-Hyung a cenar carne. -Sus ilusiones otra vez se han roto con su respuesta, le dedica esa sonrisa felina, con su diente desplazado reluciendo, un lindo colmillo felino que últimamente le duele, pero más le duele no poder acercarse a Jo.

Ruega por hacerlo, anhelando su compañía, no le importa que no lo quiera, que no lo ame, que no lo toque, solo quiere un cruce de palabras que pase de los "buenos días", "buenas tardes" y "buenas noches". Pero la simple forma en la que los dedos de Jo se envuelven alrededor de su plato de comida causa en el una sensación indescriptible.

Yuma, aún estando destrozado en cierto modo por dentro, brilla con luz propia, es primavera, vida, efusividad, alegría y color. Una primavera que nace y está destinada a ser marchitada. Mientras que Jo es el hermoso verano azul que lo calienta y al mismo tiempo deja los primeros estragos para que el otoño se lo lleve en el aire. Jo es efímero como los campamentos y los amores vacacionales que apenas durán una noche, es nostalgia porque de alguna forma verlo le hace recordar tantas cosas que solo en su mente han pasado, pero que atesora con tanto cariño en su blando corazón que está cubierto de bellas flores de cerezo.

Yuma se quiere proteger, quiere olvidarse de todo lo que lo hace sentir y por eso en las madrugadas se pierde en las botellas de soju que oculta bajo su cama mientras se desvela viendo telenovelas. Todo para no pensar en Jo, pero simplemente, se acuerda de el.