Era el día siguiente en el colegio, y la competencia de natación estaba a punto de comenzar. Carlos se encontraba en la piscina, preparándose para su evento, mientras varios estudiantes lo rodeaban, animando y esperando el inicio de la competencia. Entre el público, Yuliana lucía su uniforme de porrista, lista para alentar a los nadadores.
El anunciador, con entusiasmo, tomó el micrófono y pronunció:
—¡Bienvenidos, estudiantes y familiares, a la gran competencia de natación del Colegio Rhinestone! ¡Estamos listos para una emocionante carrera de 300 metros libres!
Carlos se ajustó los goggles y miró hacia la línea de salida, concentrado. Los otros competidores también estaban listos, entre ellos Esteban, quien observaba desde un rincón, aplaudiendo y animando a Carlos.
—Los competidores están en sus marcas... ¡Listos!... ¡ ya! —gritó el anunciador.
El silbato sonó, y todos los nadadores se lanzaron al agua. Carlos comenzó su carrera con energía, nadando con fuerza. Mientras avanzaba, el agua se comportaba de una manera muy extraña, sin ningún previo aviso una ola se formó de manera inesperada a su alrededor, empujándolo hacia adelante. Sorprendido y un poco confundido, Carlos sintió el empuje repentino.
—¡Carlos está tomando una delantera impresionante! ¡Increíble cómo está avanzando a toda velocidad! —exclamó el anunciador, animado.
Carlos miró a su alrededor, tratando de entender qué había causado el empuje. Su expresión mostraba sorpresa y confusión mientras continuaba nadando. Sin embargo, nadie más parecía notar la ola; todos los demás nadadores estaban enfocados en su propia carrera.
—¡Y ahí va Carlos, acercándose a la pared! ¡Qué final tan emocionante! —anunció al micrófono.
Con un impulso final, Carlos tocó la pared de la piscina, ganando la carrera. Los espectadores estallaron en vítores mientras se deslizaba hacia el borde de la piscina, respirando con dificultad pero con una sonrisa de victoria. Desde la tribuna, Yuliana, con su pom-pom, animaba fervientemente.
—¡Y tenemos un ganador! ¡Carlos ha cruzado la meta en primer lugar! ¡Felicidades, Carlos! ¡Una carrera impresionante! —gritó el anunciador, eufórico.
Carlos se subió al borde de la piscina y fue recibido por un grupo de compañeros y amigos que lo felicitaban. Esteban, que estaba cerca, se acercó rápidamente y le dio una palmada en la espalda, entusiasmado.
—¡Increíble, cabrón! ¡Te luciste! —dijo Esteban, sonriendo y aplaudiendo.
De repente, Yuliana apareció corriendo desde la tribuna, con una gran sonrisa en su rostro. Se abrió paso entre la gente y se lanzó a los brazos de Carlos.
—¡Carlos, lo hiciste increíble! ¡Estoy tan orgullosa de ti! —exclamó Yuliana, emocionada.
Carlos se sorprendió un momento, pero rápidamente correspondió el abrazo y la besó suavemente.
—Gracias, Yuliana. Aunque... no estoy seguro de cómo pasó todo eso... —respondió Carlos, con una sonrisa aún algo confundida.
—¡Te lo mereces! ¡Eres el mejor nadador de todos! —dijo Yuliana, feliz.
—¡Yuliana ha llegado para felicitar a nuestro campeón! —continuó el anunciador—. ¡Y con esta victoria, el Colegio Rhinestone se clasifica para las nacionales!
Carlos miro a Yuliana contento pero aún procesando el evento. Mientras el público seguía celebrando, compartieron una sonrisa y un momento de orgullo.
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SEMIDIOSES
General FictionCuenta la leyenda que los Dioses más poderosos se reunieron un día para charlar sobre el futuro de la tierra, Una temible profecía había sido descubierta poco tiempo atrás, un evento catastrófico en el planeta tierra que acabaría con toda la vida de...