Él llegó y tocó la puerta, desde adentro se escuchó una voz ronca pero segura que le daba permiso para entrar.
-Hola- dijo él. ¿Que hacia allí? No debía estar en ese lugar.
-Mira, si vienés a hacerme entrar en razón o a pedido de papá, te voy adelantando todo el tiempo que vas a perder aquí. No.
-Dame una razón. Solo una.
-Porque no- dijo sentada en un sillón leyendo un libro. Él se acercó y le bajo el libro y la miro.
-No es una respuesta.
Ella suspiro, pero se lo dijo:
-No quiero que me rompan el corazón.
Él le pasó un mano por la mejilla y le dijo con todo el amor posible:
-No te rompería el corazón ni en mil vidas. Pero, si eso es lo que quieres... No puedo hacer nada.
Ella se levantó y lo abrazo, él le pasó las manos por la cintura y Alex la beso, Medialuna se dejó llevar y dejó que él la sentarse en sus piernas sin que sus bocas se separasen. Pero, como en toda historia de amor, las cosas salen muy, muy mal, y con eso me refiero a que la madre de Medialuna abrió la puerta de la habitación y los vio. Esto no va a terminar nada bien.
-¿Pero que hacen?- ellos se separaron y se sentaron en el sillón mientras su madre iba a buscar a su padre y los padres de Alex. No me gusta nada de esto, porque, a pesar de que hacen linda pareja, no van a terminar bien.
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Desde hoy hasta el infinito
Teen FictionMedialuna, una princesa pérdida de Zinambra, es buscada y encontrada por los dos príncipes, Max y Alex, y una princesa, Camila, que deciden el reto de sus padres de traer de vuelta a la princesa, ahora hija del presidente de Estados Unidos, a cambio...