[capitulo único]

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A la gente que no le gusta la lluvia siempre se quejan de ella, pero yo no opino lo mismo...

Mi cumpleaños es en el mes más lluvioso de todo el año, la lluvia me ha acompañado desde que nací.

En lo bueno, en lo malo, en la salud, en la enfermedad... con una canción, de excursión, con mis amigas, leyendo, escribiendo... siempre estuvo conmigo

La lluvia me ha visto crecer, llorar, vivir, sentir, odiar.... e incluso amar.

Lo que más me ha visto hacer ha sido eso, simplemente amar; concretamente a la persona que más amo y amaré en mi vida.

Él es lo más importante, desde que lo vi, supe que algo iba a suceder, que todo sería distinto, que no sería como todos los demás...

La lluvia también me vio conocerle, como esa tímida chica de las mejillas sonrojadas ese 5 de abril.

Me vio cuando me dio mi primer beso bajo la lluvia que hizo que me enamorara más de él, me acompaño amablemente a mi casa y compartimos su paraguas.

Ese fin de semana me lo pasé pensando en él...

En esos meses, tonteábamos, charlábamos, nos mandábamos notitas, nos abrazábamos, nos apoyábamos en todo... y, de vez en cuando, nos besábamos.

Un año después, un 7 de abril me pidió ser su novia, lo hizo en una fiesta y me entregó un ramo de flores.

Pasaron días, meses y al final, 6 años...

Yo ya no era esa pequeña adolescente, ni el el chico rebelde que me presentaron.

Fue un 1 de abril cuando, sentados en un banco en el parque, se arrodilló delante de mi y sacó una cajita aterciopelada.

Me miró con esos enamoradores ojos brindándome una potente mirada, más brillante que nunca.

Acepté. ¿Cómo le iba a decir que no?

Ese día, además de una anillo en mi dedo anular de la mano derecha, hubo lujuria y pasión en su apartamento.

Nos casamos un 14 de abril que por el día salió soleado, esplendido y lleno de amor y felicidad.

La lluvia nos acompañó en la noche de bodas, y en toda la luna de miel.

Siempre me gustó la lluvia pero, desde esos días puedo decir que es lo mejor.

Dos años después de casarme con el hombre que amo, un 18 de abril, nació nuestra pequeña.

Allí, tumbada en la cama, podía observar por la ventana la lluviosa mañana de abril.

De repente mi querido esposo entró en la habitación, me dio un tierno beso y besó la frente de mi hija... nuestra hija.

Cuando llegué a casa, acosté a la niña en su pequeña cunita

La miré y dirigí mi vista a la ventana, observé cómo caía la lluvia, era hermoso.

- Como yo, naciste en este mes, pero los que nacemos en este mes llevamos algo especial... llevamos a la lluvia con nosotros, nos acompaña desde que nacemos y siempre nos acompañará, tanto en lo bueno como en lo malo. Como yo, espero que la lluvia te traiga tantas alegrías como me trajo a mí, me trajo felicidad, amor, mucho amor; a tu querido padre y a ti, mi pequeña niña. Espero que te dé suerte, fuerza y valentía en esta vida que nos ha tocado vivir, y sobretodo espero que te des cuenta, cuando seas mayor, de todo lo bonito y misterioso que hay en la lluvia y de lo especial que es...

Después de ella, vino otra niña, que la amamos como a su hermana mayor.

Como nací, fue mi muerte, con una sonrisa y con valentía.

Morí un 16 de abril. La lluvia también estuvo acompañándome, a mi y a mi familia.

Morí muy feliz, había conseguido que mi esposo mis hijas y mis nietos entendiesen que la lluvia es algo especial, que supiesen que los mejores días no son los más soleados...

La LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora